Reengancharse al mundo laboral como autónomos

Un futuro de 20 o 25 años por delante no es ninguna minucia si a uno lo que le gusta es trabajar o bien lo necesita para seguir asumiendo sus obligaciones familiares. Muchos prejubilados y jubilados lo hacen declarando sus ingresos a nombre de terceros, porque de lo contrario perderían sus pensiones.Ante lo que se constata como un fenómeno creciente, UGT ya ha propuesto que estas personas puedan ejercer actividades remuneradas y darse de alta como trabajadores autónomos sin por ello perder sus derechos. Valora el sindicato que de esta forma colaborarían a aumentar los ingresos de la Seguridad Social y, además, como si fueran cotizantes jóvenes, ya que de sus ingresos se beneficiarían futuras generaciones.

La segunda propuesta sindical es que la jubilación voluntaria pueda ejercerse a los 60 años para todos los trabajadores (hoy está restringido a quienes cotizaron antes del 1 de enero de 1967). Entienden que muchas empresas mantendrían a sus trabajadores hasta esta edad, disminuyendo así el volumen de prejubilaciones.

Y la tercera propugna una reducción del 8% actual al 4,16%, el descuento anual que tiene cada jubilado en su pensión final por cada año anterior a los 65. Con los coeficientes actuales se da la circunstancia de que una persona con más de 40 años de cotización reciba menos pensión que otra con sólo 20 por el simple hecho de haberse jubilado antes de la edad reglamentaria.

Los prejubilados tienen otras reivindicaciones añadidas. A la vista de los problemas detectados los afectados consideran necesario que las empresas se hagan cargo de unos cursillos de adaptación psicológica entre aquellos empleados próximos a la restructuración.

El desajuste es palpable sobre todo en aquellos sectores laborales donde la única escuela de vida fue la rutina machacona de la fabrica y el ocio un concepto pecaminoso.