Afán contable
El afán recaudatorio de los ayuntamientos es bien conocido por todo el mundo, y muy especialmente por los automovilistas. El automóvil es una verdadera mina de oro para las arcas municipales. Cada vez que este Ayuntamiento toma una medida sobre el tráfico y el aparcamiento en la ciudad, ya sabemos de qué se trata: más prohibiciones, más amenazas apocalípticas y, sobre todo, una subida disparatada de las multas ya existentes o la creación de otras nuevas. ¡Incluso priman a los guardias que más multas pongan!Es impensable que a este Ayuntamiento (¡que tanto criticó al anterior en esta materia!) se le ocurran ideas inteligentes enfocadas principalmente a hacer la vida de los ciudadanos y, entre ellos, la de los sufridos automovilistas lo más grata posible. Lo suyo, su objetivo principal, es recaudar, recaudar y recaudar.
Pues bien, yo, simple ciudadano de a pie, me permito sugerirles, para que se olviden de los coches una temporada, otra forma de recaudación, otra posible mina: los perros. Es enternecedor ver el amor que nuestros conciudadanos muestran por los animales. Es un sentimiento que parece estar de moda.
¿Qué familia de clase media que se precie no tiene un perro en el piso? Y como quieren tanto a los animalitos, pues los sacan a pasear por las aceras, las plazas y los parques, sueltos y sin bozal, para que correteen en libertad, les dé el aire y hagan "caquita" donde les apetezca. Estoy seguro de que existen leyes al respecto, pero pocos, muy pocos, las cumplen. Ahí el Ayuntamiento puede llevar a cabo dos acciones importantes que les reportarían una buena recaudación: subir los impuestos caninos y multar a los que incumplen las leyes. Al mismo tiempo, nos harían un inapreciable favor a los que pisamos las "cacas".-
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