Preocupación en Roma por las repercusiones económicas
El caso Ocalan puede tener graves consecuencias económicas para Italia, segundo país exportador después de Alemania, a Turquía. Italia exporta bienes al país otomano por valor de 3.000 millones de dólares (unos 425.000 millones de pesetas), y algunas de sus principales empresas, como la Fiat y la Pirelli, han realizado grandes inversiones en un país visto por los empresarios italianos como la puerta comercial de Oriente Próximo, mucho mejor situado como socio económico que los países de la antigua Unión Soviética.A juzgar por la declaración hecha el martes por la Cámara de Comercio turca, las excelentes relaciones comerciales pueden verse seriamente afectadas, "Si Ocalan no es entregado a Turquía procederemos a boicotear los productos italianos", señalaba el organismo oficial en una dura nota. La primera reacción a cargo de grupos de manifestantes en Estambul y Ankara, de quemar banderas italianas, o, en Bélgica, donde grupos de jóvenes amenazaron ayer con quemar los restaurantes italianos, puede verse superada por el boicot de todo un país al made in Italy.
Ayer, el ministro de Comercio Exterior, Piero Fassino, intentó en vano aligerar la tensión con declaraciones tranquilizadoras. "Somos un país amigo de Turquía y queremos seguir siéndolo. Estamos seguros de que las inversiones de nuestras empresas en Turquía deben continuar. Por nuestra parte haremos lo imposible para que continúen". La situación económica turca dista mucho de ser sólida, en parte y según algunos analistas políticos, por el lastre que representa la guerra no declarada contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). Según la agencia Reuters, Turquía gastó en 1997, 8.000 millones de dólares en la lucha contra el PKK. Turquía posee el segundo mayor Ejército de la OTAN, y mantiene en la zona del conflicto, en el sureste del país, a unos 300.000 soldados.
