Schröder ofrece a Rusia apoyo moral en vez de ayuda en marcos
Gerhard Schröder ofreció ayer en Moscú apoyo moral a una Rusia que habría agradecido mucho más un buen puñado de marcos. El canciller germano se entrevistó con Borís Yeltsin (al que encontró "muy informado y activo"), mostró una ambigua disposición a echar una mano a Rusia ante el FMI y el Banco Mundial y ofreció la experiencia única de su país en el manejo de una transición interna desde una economía planificada (la de la RDA) a otra de mercado.La caravana del jefe del Kremlin, ambulancia incluida, enfiló a primera hora de la mañana la ruta que conduce a la plaza Roja desde la residencia campestre de Gorki-9. Pese a su quebrantada salud, Yeltsin no podía faltar a la cita con el primer ministro del país que más dinero ha invertido en apoyar las reformas en Rusia.
En las imágenes mostradas por televisión, el presidente ruso mantuvo el tipo, e incluso intentó mostrarse enérgico, con un puñetazo en la mesa, para poner el énfasis en que las relaciones con Alemania seguirán desarrollándose al mismo ritmo que hasta ahora. Una alusión poco convincente a su estrecha amistad con el ex canciller Helmut Kohl.
A la vista del escaso interés por renovar esos lazos que ha mostrado Schröder, quien se ha entrevistado con los más calificados candidatos a suceder a Yeltsin (excepto el ausente Yuri Luzhkov), parece descartado que vuelvan las cumbres sin corbata de los viejos amigos Helmut y Borís. No obstante, la cita de Moscú puede que haya servido, al menos, para normalizar una relación en entredicho desde que Schröder aseguró, hace un par de meses, que Yeltsin era un factor de inestabilidad en Rusia.
Proyectos conjuntos
Schröder afirmó ayer que sus conversaciones con Yeltsin y el primer ministro, Yevgueni Primakov, se concentraron en proyectos conjuntos con el FMI, la Unión Europea y otras organizaciones internacionales, y no en la ayuda alemana a Rusia. Una ayuda que, el día anterior, aclaró que se limitaría considerablemente y no tendría carácter general, sino ligada a proyectos concretos.Entre tanto, Primakov se entrevistaba en Kuala Lumpur, donde asistía al Foro de Cooperación Económica de Asia y el Pacífico (APEC), con el vicepresidente norteamericano, Al Gore, a quien presentaba el plan económico de su Gobierno, sobre cuyos detalles aún existen numerosas duda. Según Primakov, Gore le dijo que el programa económico ruso es "realista y razonable".
Lo que no quedó claro es si el número dos de Bill Clinton se convenció lo suficiente como para abogar por el desbloqueo, por parte del FMI, del crédito de 600.000 millones de pesetas congelado desde hace meses en espera de que se aclare el rumbo que toma la economía rusa.
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