Declarado desierto el primer premio de relato corto de ciencia ficción de la UPV

El premio gordo quedó desierto y el segundo, en casa, en la Universidad del País Vasco (UPV). El jurado del premio Alberto Magno de relato corto de ciencia ficción, que convoca la Facultad de Ciencias de la universidad pública, declaró ayer desierto el primer premio de esta décima edición. Un estudiante de Publicidad de la propia UPV, el vitoriano José Antonio Cotrina, obtuvo el segundo puesto. Se llevará 100.000 pesetas por una obra breve de título largo: Lilitz, el juicio de la Gorgona y la sonrisa de Salgari. El palmarés fue leído ayer en un acto celebrado en el aula magna del campus de Leioa dentro de los actos de celebración del patrón de la Facultad de Ciencias, que da nombre al galardón. Los 13 miembros del jurado decidieron que nadie se lleve el medio millón de pesetas que convierten a este certamen en el mejor dotado en España en su género. Profesores de las facultades de Ciencias y de Periodismo y altos cargos de la UPV integraban el jurado. La Universidad Politécnica de Barcelona convoca un premio mejor dotado (un millón de pesetas), pero para novelas de ciencia ficción. Los 31 originales presentados a esta edición eran en castellano. Nueve de ellos procedían de la propia universidad vasca, mientras que otros cinco llegaron de Cuba, Argentina y Venezuela y los demás, del resto de España. El robot brindó con ellos, de Santiago García, quedó en tercer puesto. Los finalistas fueron un valenciano, un gaditano y un cubano de La Habana. Entre los ganadores de anteriores ediciones del Alberto Magno hay escritores como César Mallorquí y Jorge Munshe, el único que ha logrado el premio gordo en dos ocasiones. Tan sólo una persona de la UPV ha ganado el primer premio. Fue hace 10 años, en la primera edición.