El futuro parque de Guadarrama abarca 18 pueblos del oeste
El parque regional del río Guadarrama y su entorno se extenderá por 16.533 hectáreas. Abarca los 18 municipios del oeste bañados por este río y sus afluentes. El parque tendrá una longitud de 50 kilómetros, la distancia que separa Galapagar y Batres. La Consejería de Medio Ambiente ha elaborado ya su proyecto de creación para una próxima aprobación por el Gobierno madrileño y su posterior envío a la Asamblea. Si ésta lo aprueba, Madrid contará con su cuarto parque regional.
El parque regional del Guadarrama es una vieja aspiración del anterior Gobierno socialista. En 1992, el Ejecutivo de Joaquín Leguina aprobó un decreto de protección de 13.200 hectáreas en torno al río. En ellas no podría realizarse ninguna actuación urbanística hasta la aprobación de una futura ley de creación del parque. Sin embargo, el Gobierno del PSOE nunca logró aprobar la norma.En 1997, la Consejería de Medio Ambiente elaboró un primer borrador de plan de ordenación del parque (herramienta legal que regula las actividades que se podrán realizar en su interior), que protegía 15.785 hectáreas. Pero buena parte de los municipios afectados reclamaron tener más terrenos dentro de esta zona natural. Medio Ambiente, finalmente, ha diseñado un parque regional un poco más amplio: 16.533 hectáreas, lo que supone cerca de un 25% más de extensión que lo protegido por los anteriores gestores socialistas de la Comunidad.
El proyecto de ley declara que el parque está constituido por terrenos situados en los términos municipales de El Álamo, Arroyomolinos, Batres, Boadilla, Brunete, Colmenarejo, Galapagar, Majadahonda, Móstoles, Navalcarnero, Las Rozas, Serranillos, Sevilla, Torrelodones, Valdemorillo, Villanueva de la Cañada, Villanueva del Pardillo y Villaviciosa.
Tanteo y retracto
La ley establece el derecho de tanteo y retracto "en todas las transmisiones onerosas inter vivos de los terrenos situados dentro del ámbito del parque regional". Esto significa que si dos propietarios acuerdan la venta de unos terrenos y la Comunidad de Madrid está interesada en ellos tendrá preferencia en su adquisición, siempre y cuando iguale la cantidad acordada.Todo el "territorio incluido en el parque regional tendrá la calificación urbanística de suelo no urbanizable de especial protección". Dentro de sus límites, sólo se admitirán usos destinados a la explotación agrícola, ganadera, forestal o cinegética, aunque también serán "compatibles" los usos turísticos, recreativos y deportivos.
La nueva norma prohíbe expresamente los aprovechamientos que pongan en peligro la estabilidad del ecosistema, "la construcción de nuevas edificaciones o modificación de las existentes" y "todas las actividades y construcciones calificadas como incompatibles con las finalidades del parque regional".
A partir de la entrada en vigor de la ley, y en el plazo máximo de 12 meses, deberá aprobarse un plan rector de uso y gestión de la zona natural, que será revisado con una periodicidad cuatrianual.
Una junta rectora, compuesta por 41 miembros, será la encargada de prestar "el asesoramiento necesario tanto en la gestión como en la administración" del parque regional del Guadarrama. En ella deberán estar representados todos los ayuntamientos incluidos en el parque, todas las consejerías, los sectores socioeconómicos y laborales implicados, universidades, sociedad o grupos "cuya finalidad primordial sea la conservación del medio natural".
El parque regional del Curso Medio del Río Guadarrama y su Entorno -nombre oficial de esta zona natural- se extiende a ambas márgenes del río Guadarrama, una corriente de agua que nace en las cimas del puerto de Fuenfría, en Cercedilla. El río, que fluye en dirección norte-sur, desemboca en el Tajo, ya en la provincia de Toledo. Por eso, la Consejería de Medio Ambiente siempre ha tenido en mente proponer a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha la ampliación del parque regional más allá de la Comunidad de Madrid.
El principal problema del río Guadarrama es el fuerte nivel de contaminación que sufre a su paso por la sierra, donde se concentran miles de segundas residencias. La polución llega "a poner en peligro el desarrollo de diversas especies de vertebrados e invertebrados", según reconoce la ley.
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