Paula Jones acepta 850.000 dólares de Clinton para retirar la denuncia por acoso
Bill Clinton pagará 850.000 dólares (unos 121 millones de pesetas) a Paula Jones a cambio de su renuncia a la denuncia por acoso sexual, según informaron anoche los abogados de las dos partes. Tras semanas de duras negociaciones, los abogados alcanzaron un acuerdo por el que la entrega de esa cantidad de dinero cierra definitivamente el caso. El presidente, según el acuerdo, no se ve obligado a confesar nada ni a pedir a excusas a Jones.
Comienza a sí lo que parece el principio del fin de la catarata de escándalos sexuales que está caracterizando el segundo mandato presidencial de Clinton. El caso Jones, liquidado según el pacto privado alcanzado anoche, es de hecho la madre de todos los demás.El caso Lewinksy comenzó el pasado enero, cuando el presidente negó bajo juramento a los abogados de Jones haber sostenido relaciones sexuales con la becaria Monica Lewinsky. En su interrogatorio a Clinton, el primero protagonizado por un presidente en calidad de acusado en toda la historia de EE UU, los abogados de Jones buscaban pruebas que corroboraran que Clinton hace habitualmente propuestas sexuales a sus empleadas, y en concreto les solicita felaciones.
El Tribunal Supremo había sentenciado que el presidente no está protegido de ninguna manera frente a este tipo de acusaciones.
Jones denunciaba que en mayo de 1991 Clinton, entonces gobernador de Arkansas, le hizo subir a la habitación del hotel de Little Rock que él ocupaba. Una vez allí, Jones, una empleada del Gobierno de Arkansas, vio como el gobernador se bajaba los pantalones y le pedía que le hiciera una felación. Ella se negó.
La pasada primavera, la juez federal de Little Rock Susan Wright-Weber dio por cerrado el caso Jones. La juez no puso en cuestión las acusaciones de Jones, pero señaló que, aunque fueran ciertas, no constituyen delito de acoso sexual, puesto que ella no fue luego represaliada laboralmente por negarse a los deseos de su jefe.
Jones presentó recurso contra esa decisión y un tribunal superior debía pronunciarse al respecto en las próximas semanas. Pero las partes negociaron en las últimas semanas un acuerdo privado. Jones pedía un millón de dólares para abandonar sus acciones judiciales y Clinton ofrecía 700.000 dólares. La cifra anunciada ayer fue fruto de un regateo digno de un zoco magrebí. La denunciante obtiene una sabrosa suma que no tenía seguro ganar en los tribunales y puede esgrimir que el pago por parte de Clinton supone un reconocimiento indirecto de la veracidad de las acusaciones.
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