Carmen Romero bautizó a "Isidoro"
Los viejos republicanos españoles que ayer se reunieron con Felipe González en Toulouse recuerdan perfectamente las visitas de Isidoro a los locales de la calle de Taur, muy cerca del lugar en el que intervino ayer el ex presidente del Gobierno, en los que se confeccionaban las publicaciones de la Unión General de Trabajadores y del PSOE.Tampoco el ex presidente ha olvidado a esa ciudad ni a los viejos compañeros de la clandestinidad. Por la tarde, durante el acto académico en el que fue investido doctor honoris causa por la universidad de Toulouse-Le Mirail, el líder socialista español aclaró, divertido, que el "nombre de guerra" de Isidoro, se lo impuso su mujer, la diputada Carmen Romero. Ese bautizo se debió a la insistencia del entonces secretario general del partido, Rodolfo Llopis, que desconfiaba de aquellos militantes que no tenían un sobrenombre para la clandestinidad.
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