Los móviles no deberán avisar de los riesgos para la salud

Las instrucciones de uso de los teléfonos portátiles no necesitan ir acompañadas de una advertencia acerca de los supuestos riesgos de esos aparatos para la salud del usuario. Un tribunal de Gales así lo ha decidido, rechazando la demanda civil particular interpuesta por Roger Coghill, un biólogo británico, contra los dueños de la tienda donde compró dos teléfonos móviles para sustentar su caso.El científico afirma que las microondas emitidas por los móviles pueden producir a la larga incluso enfermedades como cáncer. Según los jueces, sin embargo, no se ha demostrado que los teléfonos comprados por el demandante contravinieran las normas estipuladas en la Ley de Protección del Consumidor por él mismo invocada.

Coghill decidió recurrir a la justicia cuando vio que el par de portátiles adquirido en un comercio cercano a su casa omitía toda referencia a los posibles daños derivados de un uso constante. Los dependientes tampoco le dijeron nada al respecto. Después de la compra, Coghill interpuso la demanda por considerarse mal informado de lo que él presenta a la opinión pública como un auténtico peligro.

Se calcula que, sólo en el Reino Unido, hay unos 10 millones de usuarios de telefonía móvil. A la vista de las investigaciones actuales, el tribunal galés ha resuelto, por el contrario, que el Gobierno británico no puede ser obligado a incluir advertencias sobre los posibles riesgos de estos aparatos.

Sin embargo la Organización Mundial de la Salud (OMS) está realizando un estudio, con expertos de 10 países, sobre el tema, en especial para establecer si hay relación entre el aumento de tasas de tumores cerebrales y el uso de móviles. Los resultados no estarán listos hasta el 2003.

Por otra parte, en Estados Unidos se ha documentado médicamente que el uso prolongado de un teléfono móvil va asociado a un descenso de melatonina en el organismo. La melatonina, entre otros aspectos, actúa como protector del cáncer. Este dato estadounidense ha sido tenido en cuenta por el tribunal galés.