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4.500 toneladas de residuos tóxicos buscan puerto en el litoral español

Más de cuatro millones de kilos de residuos calificados como tóxicos y peligrosos, generados en Cataluña, vertidos ilegalmente durante años en la Comunidad Valenciana y ahora rechazados por Andalucía, navegan por el Mediterráneo sin destino fijo desde que el martes las autoridades portuarias onubenses impidieran su descarga en Huelva. El buque Luno, con un registro bruto de 3.400 toneladas y cargado con 4.500 de polvo de aluminio, recaló ayer en el puerto de Cartagena (Murcia) y peregrina ahora por el Mediterráneo sin destino declarado para su engorrosa carga.

Al parecer, el Luno volverá a Castellón, de donde zarpó a finales de la semana pasada. El buque llegó el lunes al puerto de Huelva, en cuyas proximidades permaneció durante 24 horas, pero no consiguió autorización de la Autoridad Portuaria para la descarga de esos residuos con destino al vertedero controlado de residuos tóxicos y peligrosos de Nerva. Esta negativa dio al traste con el operativo de la Consejería de Medio Ambiente de la Generalitat Valenciana, que desde hace dos años brega para deshacerse de unos residuos que aterrizaron ilegalmente en cuatro municipios de Castellón.

El consejero José Manuel Castellá alegó ayer que el cargamento contaba con todos los permisos y autorizaciones pertinentes y que sólo "la presión social ejercida por un sector de la comunidad autónoma receptora" ha impedido que se viertan legalmente. Castellá negociará ahora con países europeos para que acepten los residuos.

Sin vertederos controlados

El problema comenzó hace dos años cuando se descubrió que la empresa catalana Intal, ubicada en Castellbisbal (Barcelona), había enterrado en Vila-real, Oropesa, Xil-xes y Almassora 14.000 toneladas de polvo de aluminio -que la ley obliga a confinar en vertederos especiales para residuos tóxicos y peligrosos (RTP)-. Tras abrir expediente y concluir que Intal no tenía intención de limpiar los suelos contaminados, la consejería invirtió 200 millones en la retirada de los contaminantes, que Cataluña acogió al ser la autonomía originaria de los restos. No había alternativas, puesto que el cierre del vertedero de RTP de Real de Montroi había dejado a la Comunidad Valenciana sin plantas de este tipo. Sin embargo, hace un año, y a mitad de la retirada, Cataluña cerró también su único vertedero de RTP.En Huelva, la dirección del puerto exigió al capitán del barco un certificado en el que se detallara el ritmo exacto de la descarga, que nadie presentó.La presencia de este barco ha provocado una fuerte polémica política en Huelva. El grupo parlamentario de Izquierda Unida (IU), en una proposición no de ley firmada por el diputado onubense Diego Valderas, indica que "especialistas del departamento de química inorgánica y orgánica de la Universidad Jaume I, organismo colaborador del Centro Superior de Investigaciones Científicas, han afirmado que estos residuos en contacto con la humedad reaccionan formando ácido clorhídrico en forma gaseosa", altamente corrosivo.

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