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Vizcaya reducirá a la mitad el canon de vertidos a las empresas que separen sus residuos inertes

Las empresas que depositan resíduos inertes en los vertederos públicos de Vizcaya verán reducido en un 50% el canon que pagan actualmente si separan y clasifican previamente los desechos para facilitar su reciclaje. La Diputación de Vizcaya aplicará esta medida a partir del 1 de enero a las empresas que dejan más de 92.000 toneladas de residuos inertes cada año -el 10% del total de desechos sólidos- en los vertederos forales de Berriz y Ortuella. A lo largo de 1999, el ente foral fijará el impuesto que se impondrá a los ayuntamientos por el vertido de basura doméstica.

En Vizcaya se generan un millón de toneladas anuales de los llamados residuos sólidos urbanos (RSU), que engloban los procedentes de la basura doméstica, la industria o el comercio, y los inertes, como los escombros o las escorias. Este alto volumen y las directivas de la Unión Europea sobre limitación de los vertederos como método de gestión de la basura llevaron a la Diputación vizcaína a iniciar una política de potenciación del reciclaje y disminución del vertido, que en los últimos cuatro años ha pasado del 3% al 11%. El objetivo es que el depósito en los vertederos, que ahora es del 87% y en 1994 alcanzaba el 94%, se queden en el 42% para el año 2001. La aplicación de la ecotasa es una de las medidas para minimizar el traslado de los desechos a los vertederos. "Vamos a aplicarla a lo único que podemos hacer en estos momentos, que son los residuos industriales inertes, lo que tenemos más controlado", apunta la diputada vizcaína de Medio Ambiente, María Esther Solabarrieta. Su puesta en marcha se circunscribirá además a dos de los cinco vertederos de estos desechos ubicados en Vizcaya: los que son de propiedad foral en Berriz y Ortuella. Las 92.930 toneladas que se depositan anualmente en estas dos instalaciones corresponden fundamentalmente a desechos de fundiciones (un 56%) y desguaces de coches como tapicerías, gomas, etcétera (un 30%), mientras que los residuos industriales como plásticos o embalajes suponen un 8% y los escombros de obras, un 6%. Actualmente, el depósito de estos residuos tiene un canon para las empresas cercano a las 900 pesetas por tonelada, mientras que la tasa por las tierras -cerca de 45.000 toneladas- rondan las 190 pesetas. El descuento se aplicará al canon de 900 pesetas, con lo que los 42 millones que recaudaría la Diputación se quedarían en 21 millones si todas las empresas separan y clasifican sus desechos. La diputada de Medio Ambiente reveló que la empresa pública Garbiker, encargada de la gestión de las basuras en el territorio vizcaíno, ha enviado una comunicación a todas las firmas que utilizan los vertederos forales de Berriz y Ortuella. Además de los cinco basureros para inertes, en Vizcaya existen cinco más para los escombros -todos ellos gestionados por la iniciativa privada- y seis para la basura doméstica, cuatro de ellos de la Diputación y los otros dos propiedad de los ayuntamientos de Bilbao y Getxo. Solabarrieta reveló que, tras esta medida, el siguiente paso es la aplicación del impuesto indirecto al vertido de la basura doméstica, "en el que estamos trabajando y está bastante avanzado. Puede estar ya para el próximo año", indicó. Modelo europeo En este caso se pretende añadir una cantidad económica al actual canon de tratamiento, que es de 3.085 pesetas por tonelada en el caso de los basureros controlados por la Diputación vizcaína. Esta cantidad varía en otros territorios como Álava, donde no existe una unificación de tasas: oscila entre las 1.143 por tonelada de residuos sólidos urbanos o las 571 de los inertes, hasta las 285 pesetas por tonelada de los desechos de construcción y las 25 pesetas de tarifa por kilo de neumático. Para fijar lo que sería el primer impuesto ambiental, la Diputación vizcaína se está basando en los modelos existentes en Europa, donde el impuesto por vertido se aplica en siete países: Bélgica, Dinamarca, Francia, Italia, Holanda, Reino Unido y Suecia. En los casos belga y danés incluso existen tasas por la incineración. Junto a estas medidas para limitar el vertido, otros países europeos aplican impuestos al reciclaje que son de lo más variopintos. De esta forma, Alemania tiene una tasa sobre los platos de papel y los cubiertos de un solo uso, y Suiza, sobre las pilas, con el complemento de que por cada una de ellas que se entrega en un punto de recogida se da al ciudadano un billete de lotería.

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