EEUU contrata una firma de mercenarios para Kosovo
El Gobierno de EEUU ha contratado a una empresa de mercenarios para efectuar en Kosovo las tareas de verificación de la retirada de tropas serbias de esta provincia de mayoría albanesa. Setenta y cuatro hombres de Dyncorp, una compañía se servicios militares y tecnológicos con base en Virginia, se encuentran ya en Kosovo apoyando al centenar de estadounidenses que desempeñan la misión, según confirmaron a este periódico fuentes de la misma empresa y del Departamento de Estado desde Washington."No van a sustituir al personal estadounidense, pero sí a apoyar. Se trata de que las cosas funcionen, y de que funcionen cuanto antes", afirma por teléfono desde Washington Doug Evner, portavoz del Departamento de Estado.
No es la primera vez que Estados Unidos contrata a una empresa privada para una misión oficial, y de hecho este contrato forma parte de una nueva tendencia de privatizar la guerra. La misma empresa, Dyncorp, trabaja en Haití y Bosnia, también contratada por el Departamento de Estado; otra estadounidense, Recursos Militares Profesionales Inc. (MPRI), también con base en Virginia (no es casualidad: allí está la sede del Pentágono), ha trabajado en Bosnia y Croacia con los ejércitos locales; Sandline International, una empresa registrada en las Bahamas, se ha convertido en los últimos años en protagonista de varios escándalos por su directa implicación en la lucha contra los rebeldes en Sierra Leona, con supuesto apoyo del Gobierno británico, y en la represión de una rebelión en Papúa Nueva Guinea. Se trata de fuerzas profesionales integradas por exmilitares cuya actuación minimiza el riesgo de pérdidas en los ejércitos.
"Nuestra misión es construir la democracia en todo el mundo", se presenta Dyncorp en Internet. "Imagine la tecnología con un toque de humanidad. Dibuje un mundo de posibilidades en la palma de su mano. Conozca a un equipo de expertos que tratan la alta tecnología como una forma de arte". "Durante cinco décadas [la empresa se fundó en 1946], hemos demostrado nuestra fuerza y estabilidad para ayudar a nuestros clientes a triunfar". Dyncorp ocupa, según datos de esta empresa, el puesto 22 en la lista de los principales proveedores del Ejército estadounidense, lo que supuso una cifra de 231,5 millones de dólares (32.600 millones de pesetas) en 1997.
Internet está plagada de ofertas de trabajo por parte de estas empresas, con un catálogo exhaustivo de perfiles que necesitan en distintos lugares del mundo, y que, para los puestos operativos, requieren una documentada experiencia militar: Dyncorp, por ejemplo, pide pilotos para trabajar en los Emiratos Árabes Unidos, personal de mantenimiento "con experiencia en F-18" para Kuwait, cocineros, científicos, informáticos, juristas, físicos, reclutadores o almaceneros "con experiencia militar" para diversos Estados norteamericanos. Policías "en activo" para actuar en Bosnia (por 12 millones al año, además de uniforme, equipo y viajes) y policías "retirados o en activo" para Haití (por 7,5 millones cada seis meses, uniforme, equipo y viajes). Un sinfín de ofertas para una empresa que asegura contar con una red de 17.500 "empleados" en más de 500 lugares de todo el mundo. En el caso de Bosnia y Haití, según la propia empresa, se trata de contratos con el Departamento de Estado para reclutar a voluntarios dentro de programas de la ONU.
La empresa estadounidense MPRI entrenó al Ejército croata en 1995 hasta que éste consiguió importantes victorias contra las fuerzas serbias, lo que inclinó la balanza en la guerra yugoslava. Actualmente sigue "cooperando con Croacia" y tiene a 91 hombres en Bosnia para entrenar al Ejército de este país. Además, según el semanario US News and World Report, el Gobierno angoleño ha contratado a MPRI para combatir a los rebeldes de Jonas Savimbi. Sustituye aquí a los mercenarios de la empresa surafricana Executive Outcomes, mucho más desorganizados.
MPRI fue fundada por antiguos oficiales estadounidenses en 1987, y su volumen de negocios el año pasado fue, según asegura esta empresa, de 6.768 millones de pesetas. Por Internet también piden antiguo personal militar estadounidense con experiencia y entrenamiento para actuar en África.
Las empresas citadas son oficiales y actúan bajo contrato más o menos público. No ha sido así el caso de Sandline, cuyo nombre ha salpicado varios conflictos en los últimos años, y cuya presentación en la red es más escueta: "En la batalla del Álamo, se dibujó una línea en la arena para separar a los valientes de los cobardes. Ahora, en el actual campo de batalla, Sandline está dibujando una línea en las arenas del negocio".
Sandline promovió este año el regreso al poder en Sierra Leona del depuesto presidente Ahmed Tejan Kabbah, violando el embargo de armas impuesto por la ONU, en una clásica operación de mercenarios que aún salpica al Gobierno británico, investigado actualmente por el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de los Comunes. En 1997, la misma compañía fue contratada por el Gobierno de Papúa Nueva Guinea para eliminar a los secesionistas de la isla de Bouganville.
Todas ellas son empresas conocidas en el sector y que, en muchos casos, cuentan con grupos de presión cercanos a los gobiernos. Pero, bajo los eufemismos extendidos de "misiones de paz" o "construir la democracia", cumplen al pie de la letra la definición que hace la Real Academia de mercenario: "Aplícase a la tropa que por estipendio sirve en la guerra a un poder extranjero".
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