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Reportaje:

EEUU batalla otra vez en el Pacífico

Fernando Gualdoni

La misión que la delegación de Estados Unidos lleva a la sexta cumbre del Foro de Cooperación Económica de Asia y el Pacífico (APEC) es conseguir que los mercados del sureste asiático se comprometan a abrir aún más sus mercados. En principio, parece de las que resultan imposibles.La reunión de los jefes de Estado de los 21 países que forman el APEC, que se celebrará los próximos 17 y 18 de noviembre en Kuala Lumpur (Malaisia), comenzará viciada por confrontaciones comerciales y territoriales de vieja data y protestas contra violaciones de derechos humanos nada menos que en el país anfitrión.

La trascendencia de esta sexta cumbre se enmarca en la actual crisis financiera internacional. Entre los países que componen la APEC se hallan potencias políticas y comerciales de la talla de Estados Unidos, Canadá, Japón, China y Rusia, así como otros importantes mercados desarrollados y emergentes del mundo: Australia, Corea del Sur, México, Hong Kong, Chile, Indonesia, Malaisia, Taiwan, Filipinas, Tailandia, Nueva Zelanda, Singapur, Perú, Vietnam, Papúa-Nueva Guinea y Brunei. Estos países, en conjunto, representaron casi el 43% del comercio mundial durante el año pasado.

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La posición estadounidense busca una mayor apertura general de los mercados asiáticos y en especial en nueve sectores: pesca, productos forestales transformados, energía, telecomunicaciones, equipamiento médico, tecnología medioambiental, juguetes y joyería. Esta demanda la respaldan con el mismo vigor Canadá y Australia.

A EEUU le interesa particularmente, debido a que su déficit por balanza comercial con Asia se ha duplicado desde que comenzó la crisis. En 1997 fue de 15,7 billones de pesetas, para finales de este año se prevé que alcanzará 31,5 billones y si la situación continúa así, con Asia compitiendo a base de precios muy bajos y manteniendo sus barreras arancelarias a las importaciones, llegará a los 43 billones en el 2000, según los cálculos del Departamento de Comercio estadounidense.

Japón no cede

Según expertos consultados, lo que EEUU pretende chocará de frente con la posición de Japón, que hasta el momento rechaza discutir cualquier tipo de rebaja de aranceles o liberalización alguna en pesca y productos forestales transformados. El ministro de Comercio japonés, Kaoru Yosano, ha declarado que la política económica interna de su país hace imposible que se puedan bajar los aranceles sobre importación de los productos antes mencionados.Por otra parte, el ministro de Industria y Comercio de Malaisia, Rafidah Aziz, apoyó la política japonesa al manifestar a la agencia Reuters: "Si Japón no quiere negociar en estos puntos, que así sea". Y añadió: "Todo proceso de liberalización debe ser dado paso a paso y debe ser voluntario. Nadie puede esperar conseguir en esta cumbre su objetivo ideal".

El ministro malaisio abrió así el paraguas ante las críticas que ya ha recibido y que probablemente se repetirán durante la cumbre sobre el plan de reactivación económica malaisio, puesto en marcha el pasado 1 de septiembre, que prácticamente ha aislado la economía de ese país del mercado financiero mundial. Por ello, para muchos de los expertos es una ironía que la cumbre que busca una mayor liberalización se celebre en Malaisia. El primer ministro y responsable de la cartera de Economía malaisio, Mahathir Mohamad, quien presidirá la cumbre como anfitrión, es bien conocido por su dura actitud contra una mayor liberalización económica.

El embajador John Wolf, coordinador de EEUU ante la APEC, realizó la semana pasada una multiconferencia telefónica en la que destacó la importancia de una mayor liberalización del mercado asiático para superar la crisis de la región. "El Gobierno de EEUU opina que es importante evitar la excesiva interferencia gubernamental o controles rígidos", subrayó Wolf, "para no constreñir el flujo de capital hacia los mercados emergentes".

Wolf aseguró que el problema del control de capitales a corto plazo será debatido en la cumbre de Kuala Lumpur y que la solución precisa de un cuidadoso estudio y posterior aplicación.

Pero de Japón los asistentes también esperan que presente el llamado "plan Miyazawa", diseñado por el equipo del ministro de Economía que le ha dado el nombre, para la recuperación no sólo de Japón, sino de toda Asia, a través de fondos de ayuda.

Derechos humanos

Además, el clima de la cumbre será aún más tenso debido a las denuncias sobre violaciones de derechos humanos que pesan sobre el Gobierno del país anfitrión. Las denuncias se refieren a la detención y encarcelamiento del anterior ministro malaisio de Economía, Anwar Ibrahim, acusado de corrupción, y otros seis cargos. La destitución y encarcelamiento de Ibrahim se produjo poco después de la aplicación del plan de reactivación económica, al que éste se oponía.En protesta por este caso, el presidente Clinton anunció que no mantendrá una reunión a solas con Mahathir. Y la embajada canadiense en Madrid confirmó ayer que el primer ministro, Jean Chrétien, por la misma razón, tampoco lo hará. Los presidentes de Indonesia y Filipinas también habían manifestado su preocupación por el trato dado a Anwar, pero moderaron sus críticas. El primer ministro indonesio, Yusuf Habibie, decidió asistir a la cumbre pese a las dudas que manifestó previamente, y el presidente filipino, Fidel Ramos, ya no visitará a Anwar en la cárcel, como tenía previsto. Varios grupos pro derechos humanos han anunciado manifestaciones frente a la sede de la cumbre, cercada por 4.800 policías.

China asistirá molesta y con escaso espíritu liberalizador.Molesta, porque el Dalai Lama y su campaña por la autonomía del Tíbet fueron recibidos en Washigton el lunes pasado y por un viaje que tiene programado a Taiwan el secretario de Energía estadounidense, Bill Richarson. Además, EEUU ha puesto recientemente en cuarentena productos cárnicos exportados desde China.

Por si fuera poco, el Gobierno de Jiang Zemin también está enfadado con Filipinas por su reclamación de soberanía sobre las islas Spratly, arrecife rico en gas y petróleo situado en el mar de la China meridional. Malaisia, Vietnam y Brunei también reclaman las islas.

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Sobre la firma

Fernando Gualdoni
Redactor jefe de Suplementos Especiales, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS como redactor de Economía, jefe de sección de Internacional y redactor jefe de Negocios. Es abogado por la Universidad de Buenos Aires, analista de Inteligencia por la UC3M/URJ y cursó el Máster de EL PAÍS y el programa de desarrollo directivo de IESE.

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