Un puesto que quema
El cargo de director de la Agencia Tributaria es de los que queman. Ésta es la experiencia de la mayoría de quienes hasta ahora lo han desempeñado. El actual, José Aurelio García Martín, ha presentado en varias ocasiones su dimisión al presidente de la Agencia, el secretario de Estado de Hacienda, Juan Costa. La última, y la que parece que va en serio, es de hace tres semanas y tiene doble motivo.
García Martín, un alto funcionario que ya tuvo un cargo de responsabilidad durante la etapa socialista del que también dimitió, montó en cólera tras la desastrosa intervención de Costa ante el Congreso, el pasado 6 de octubre, y el desbarajuste de las cifras ofrecidas sobre el fraude fiscal. También está que arde por la intervención del PP, CiU y PNV en el conflicto de los subinspectores por considerarlo una injerencia inaceptable.
García Martín cuenta con el apoyo del colectivo de inspectores; en especial, de la élite que se conoce como los pata negra, que consideran su eventual salida de la Agencia como un peligro para la independencia del organismo respecto del poder político. También ven en ello el paso previo a la desintegración de la Agencia y su traspaso a las comunidades autónomas.
Dimisiones
La dimisión de García Martín, negada por éste pero dada por segura por sus más directos colaboradores, se podría producir en enero del año que viene, cuando entre en vigor el nuevo IRPF. Como sustitutos se barajan el actual director de Relaciones Institucionales de la Agencia, Heribert Padrol; el delegado de Valencia, Vicente Rambla, o el director de Recaudación, Ignacio Ruiz Jarabo.Como méritos del todavía director de la Agencia se destaca la mayor premura en las devoluciones de renta y la mejora en los sistemas de ayuda para las declaraciones. El predecesor de García Martín, Jesús Bermejo, fue destituido apenas un año después de ser nombrado por el Gobierno del PP, al considerarle responsable del fracaso en la operación política por la que se denunció una no demostrada amnistía fiscal durante el Gobierno socialista.
En la etapa socialista, el primer director de la Agencia Tributaria, Jaime Gaiteiro, también dimitió a causa de las resistencias internas a sus proyectos, y otro tanto le ocurrió a su sucesor, Abelardo Delgado.
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