Justicia teme un motín en La Roca por las decisiones del juez Manzanares Requerimientos burocráticos retrasan los permisos carcelarios

Las decisiones judiciales adoptadas en las últimas semanas por el magistrado José Ramón Manzanares, que ha retrasado por motivos burocráticos la concesión de permisos penitenciarios, están convirtiendo la cárcel de Quatre Camins en un polvorín. Ésa es la impresión expresada por responsables del Departamento de Justicia de la Generalitat y por diversos sectores judiciales, que coinciden en admitir que, si no se ataja la situación, puede producirse un motín de los reclusos para reivindicar por otras vías sus derechos.

El Consejo General del Poder Judicial abrió dos expedientes a Manzanares a principios de septiembre por unas consideraciones despectivas que realizó sobre el empresario Josep Puigneró en un auto dictado por él y por la acumulación de expedientes detectada en el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 1 de Cataluña, del que es titular y del depende la prisión de Quatre Camins, en La Roca del Vallès. Desde entonces Manzanares ha endurecido su ya estricta y restrictiva interpretación de la ley a la hora de velar por los derechos de los presos, según coinciden en afirmar los responsables de la Administración penitenciaria de Cataluña y los magistrados de la Sección Novena de la Audiencia de Barcelona que resuelven los recursos contra las resoluciones del juez penitenciario. Así, en los últimos días han llegado hasta este tribunal más de un centenar de recursos contra decisiones judiciales de Manzanares, la mayoría de ellos motivados por denegaciones de permisos penitenciarios. Hasta ahora la media semanal de recursos era de unos 12. Del mismo modo, el director de la prisión de Quatre Camins, en la que cumplen condena unos 1.300 presos, remitió el pasado 9 de octubre a Manzanares un fax en el que constataba el "importante malestar en el colectivo de internos" debido a lo se calificaba de "mal funcionamiento del juzgado". Esa comunicación advertía de las "dilaciones graves y muy graves" que se estaban produciendo en la concesión de permisos de salida y adjuntaba una relación de 44 casos. Ante esa petición, Manzanares optó por reclamar a las oficinas de Quatre Camins fotocopias de los expedientes de los internos, en algunos casos compulsadas, ampliaciones de los programas de tratamiento aprobados por la junta e incluso informes personales de cada uno de los profesionales que integran esa junta, negando así el carácter colegial de la junta. Como consecuencia de esas peticiones burocráticas, los permisos previstos para muchos de los internos se han demorado y las oficinas de la cárcel están completamente colapsadas. Para mitigar la situación y agilizar los permisos, pese al criterio del juez, la Generalitat ha reforzado con dos psicólogos, dos administrativos y un criminólogo el personal de la prisión. Fuentes penitenciarias han expresado su temor a que esta situación se mantenga mucho tiempo y, en consecuencia, los reclusos de Quatre Camins no puedan disfrutar de los permisos que les corresponden con motivo de la Navidad. Un alto cargo de Justicia describió de forma ilustrativa la situación creada. Ve en la conducta del juez una guerra de nervios directa con la Administración. El Departamento de Justicia, que desde hace años mantiene tensas relaciones con Manzanares, admite que, más allá de constatar la situación creada, carece de alternativas para remediarla. PASA A LA PÁGINA 5