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La economía española mantuvo el ritmo de crecimiento en el tercer trimestre

El ritmo de crecimiento de la economía española se mantuvo durante el tercer trimestre de este año, según el informe del Banco de España publicado ayer. La entidad emisora aprecia que la actividad económica entre julio y septiembre pasados ha crecido entre el 3,7% y el 3,8%, ligeramente por debajo del 3,9% que había crecido el segundo trimestre. Tanto la creación de empleo, la demanda nacional y el consumo privado se han mantenido estables, por lo que la crisis financiera global no ha tenido un fuerte impacto, según el banco.

El producto interior bruto (PIB) español aumentó en el tercer trimestre del año entre un 3,7% y un 3,8% en comparación con igual periodo del pasado ejercicio, según el Informe trimestral sobre la economía española publicado ayer por el Banco de España. Este crecimiento es levemente inferior al 3,9% correspondiente a los dos primeros trimestres del año, corrección que el banco emisor atribuye a una mayor aportación negativa de la demanda exterior neta al aumento del PIB.El aumento de la actividad económica se compagina con un crecimiento sostenido del empleo del 3,7%, mientras que los salarios se han desacelerado, aunque menos entre los trabajadores fijos y de jornada completa que entre los restantes. Según el Banco de España, los datos, aún provisionales, que existen sobre la evolución de la economía española en el tercer trimestre "no parecen mostrar por el momento un impacto significativo de la crisis financiera internacional, más allá del que se canaliza directamente a través de las exportaciones de mercancías".

Ese menor empuje del comercio exterior explica por sí solo la disminución en la tasa de incremento de la actividad, ya que la demanda nacional no parece haber experimentado ningún cambio y continuó con un crecimiento del 4,4%, igual al alcanzado en el primer semestre.

Según el Banco de España, el consumo privado se mantuvo estable entre julio y septiembre (en el primer trimestre aumentó un 3,5% y en el segundo lo hizo un 3,4%), gracias a que el aumento en las remuneraciones de los asalariados y la menor inflación han impulsado la renta real disponible. Al mismo tiempo, el informe señala que la pérdida de valor de la riqueza financiera durante el tercer trimestre "no parece haber afectado, por el momento, a los niveles de confianza de los consumidores ni a sus expectativas de gasto", lo que ha permitido que las tasas de ahorro apenas varíen. El consumo público aumenta "muy lentamente", pese a que las compras de bienes y servicios superan las previsiones presupuestarias.

El otro componente de la demanda nacional, la inversión, se ha caracterizado en el tercer trimestre del año por un menor crecimiento en los bienes de equipo, en tanto que se acentuó la destinada a la construcción, que en el primer trimestre aumentó un 5,1% y en el segundo alcanzó el 5,9%. Esta aceleración tiene su origen en el mayor dinamismo mostrado por la vivienda residencial privada, pero a medida que ha avanzado el año se ha ido sumando la inversión en obra pública, tras la aprobación de las ampliaciones de créditos presupuestarios para inversiones reales del Estado.

Bienes de equipo

Por el contrario, la desaceleración experimentada por la inversión en bienes de equipo (en el primer trimestre subió un 14,5%, y en el segundo, un 13,7%) obedece en parte a la intensidad del ritmo de la inversión, que, en relación con el PIB, había llegado a un nivel similar al de 1987, el máximo de la anterior etapa expansiva.No obstante, el informe publicado por el Banco de España precisa que la fase de crecimiento de la inversión en equipo "dista mucho de haberse agotado", ya que "la creciente necesidad de renovación del equipo productivo en un mundo de continuos cambios tecnológicos y la solidez de la que dan muestra las cuentas empresariales auguran su continuidad". Según el banco, parece, más bien, que el ritmo de las inversiones se ha atenuado, a la espera de que se clarifique la incertidumbre sobre las consecuencias de la crisis financiera.

En cuanto al sector exterior, el informe señala que la aportación negativa al crecimiento será mayor que la correspondiente al primer semestre, no sólo por la pérdida de ritmo de las exportaciones, sino también por la relativa firmeza de las importaciones.

Este empuje de las compras de bienes y mercancías a otros países responde al crecimiento de la demanda nacional y al notable abaratamiento que experimentan los productos importados, como consecuencia de la caída de los precios en numerosos mercados internacionales y de la revalorización de las monedas de la futura unión monetaria frente al dólar estadounidense.

Por otra parte, el Ministerio de Economía informó ayer que la competitividad de las exportaciones cayó hasta agosto un 0,9% frente a los países de la OCDE y un 0,1% con respecto a la media de la UE, por la fortaleza de la peseta frente al yen y el dólar.

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