Ocultismo financiero

Como cada año desde 1996, con el debate presupuestario, vuelven a reproducirse las disputas sobre si Andalucía gana o pierde dinero por negarse a admitir el modelo de financiación impuesto por los nacionalistas catalanes, en contraprestación a su apoyo parlamentario al Gobierno de José María Aznar. Y la verdad es que uno se queda perplejo ante la capacidad de manejar las cifras al antojo, al amparo de un "ocultismo" premeditado de cualquier dato que afecte al fisco. Citemos algunos ejemplos. ¿Cuándo se van a publicar las memorias anuales de la Agencia Tributaria de 1996 y 1997? Los investigadores aún esperamos que por parte del ministerio de Economía y Hacienda se dé publicidad a los efectos reales sobre los ingresos públicos de las reformas fiscales de 1996 y más en concreto los de la disminución de las cargas fiscales de las plusvalías. ¿Cuándo se van a publicar las memorias anuales de la financiación autonómica de 1996 y 1997? De la misma forma que antes, seguimos sin saber cómo han sido las cuentas generales de la financiación autonómica y cómo afectó la bajada de impuestos de 1996 a las comunidades a las que se les cedió el IRPF. Muy mal tendrían que andar las cosas para que hubiese que modificar drásticamente el sistema de financiación, con tan sólo un año de vigencia, eliminando la pregonada por su magnificencia "corresponsabilidad fiscal". ¿Cuál ha sido la evolución real de los ingresos por actas de inspección tributaria? Porque la Secretaría de Estado de Hacienda no se aclara. O ¿cuál es el coste previsto de la reforma del IRPF? Porque tenemos al menos tres cifras. O ¿por qué no cuadra el déficit del Estado previsto con la evolución de la deuda pública? En definitiva, mejor haría el ministro de Economía y Hacienda si presentase los datos definitivos de la financiación pública, para que todos sepamos cuáles son las cuentas, y si aceptase una cifra que es incontestable: los 400.000 andaluces que no son considerados en la financiación autonómica.