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Primakov asegura que Yeltsin controla aún el botón nuclear

Borís Yeltsin está desde el viernes en Sochi, en la costa del mar Negro, recuperándose de sus últimos achaques, que han dejado claro que ya no está en condiciones de ejercer el poder máximo en Rusia. El hombre que ha tomado el relevo, el primer ministro Yevgueni Primakov, aseguró, sin embargo, ayer que probablemente se entreviste con el presidente en los próximos días, que el mítico botón nuclear sigue aún en las "fiables manos" de éste y que el Gobierno "no ha asumido ninguna de las atribuciones" del líder del Kremlin.

"No ha habido ninguna discusión sobre la transferencia de poderes", aseguró Primakov, que cumplió el jueves 69 años, dos más que Yeltsin, aunque el contraste entre el estado físico y mental de ambos es difícilmente soportable para este último. En teoría, el presidente conserva todos los resortes del poder que le confiere una Constitución hecha a su medida. En la práctica, la crisis económica que estalló el 17 de agosto, la derrota en la Duma de su candidato a dirigir el Gobierno, Víktor Chernomirdin, y el deterioro galopante de su salud le han convertido en un personaje patético del que se duda que pueda agotar su mandato, en julio del 2000.

Programa anticrisis

Yeltsin intenta recuperarse tras suspender un importante viaje a Austria y pasar unos días en un sanatorio. Primakov, mientras tanto, reunió ayer a su equipo (una explosiva mezcla de liberales y estatalistas) para estudiar, por enésima vez, un programa económico anticrisis que se hace esperar desde hace seis semanas.El texto acordado ayer tampoco es definitivo. El propio primer ministro dijo que se trata de un "documento del Gobierno", un "conjunto de medidas que serán modificadas y complementadas". Si todo va bien, Primakov las discutirá el lunes con los líderes parlamentarios, y antes del 7 de noviembre, en que se conmemora el triunfo de la revolución bolchevique, se convertirán en un programa de verdad. "La economía de mercado continuará, sin ninguna duda", afirmó Primakov. Pero matizó enseguida esta promesa de continuar por la senda reformista al decir que será necesario "reforzar el papel regulador del Estado".

Primakov promete abonar los atrasos a trabajadores y pensionistas, pagar la deudas a los acreedores internacionales, evitar el hambre, impedir la caída en picado del rublo, restablecer el sistema bancario, salvar los ahorros de la población, contener los precios y recuperar la producción. ¿Con qué instrumentos? Mejorando la recaudación de impuestos, con los beneficios de la producción y distribución de alcohol, la mejora de la gestión de las empresas públicas, la lucha contra la corrupción y la ayuda internacional. Y sin emisión masiva de rublos, control generalizado de precios ni cambio ficticio del dólar.

Una misión del FMI se fue el viernes de Moscú poco convencida de los planes del Gobierno. Casi se descarta que el Fondo desbloquee antes de fin de año la entrega de 600.000 millones de pesetas.

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