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La UPV enseña al resto de las universidades del norte de España el método que usa para autoexaminarse

La Universidad del País Vasco (UPV) fue una de las primeras españolas en aceptar el reto de autoexaminarse. Entre ayer y hoy enseña en Bilbao a sus homólogas del norte de España cómo realizar este diagnóstico, un paso imprescindible de cara a mejorar la calidad de la docencia, la gestión o la oferta de servicios. Representantes de las universidades de Cantabria, La Rioja, las dos de Navarra (la pública y la privada del Opus Dei), Zaragoza, Oviedo, Deusto y Mondragón conocieron el trabajo de los comités de autoevaluación de la UPV. La mejora de la calidad universitaria se logrará mediante un cambio de mentalidad de toda la comunidad universitaria, no con grandes inversiones en tecnología, aseguró el rector, Pello Salaburu, al inaugurar el curso. José María Luxán, del Consejo de Universidades y conocedor directo del Plan Nacional de Autoevaluación, destacó que España viaja en la "locomotora" del tren de estos exámenes internos. Porque ya había puesto en marcha el proceso cuando la Unesco recientemente recomendó que se hagan diagnósticos detallados cuál es la calidad del servicio que las universidades ofrecen a la sociedad. De todos modos, la tarea se centra ahora en diagnosticar. Y aunque, en la medida en que avanzan las autoevaluaciones se van haciendo mejoras, actualmente no existe una política exclusivamente dedicada a ello. La mejora de la calidad es uno de los objetivos prioritarios del equipo de Salaburu. Por el momento, el diagnóstico realizado ha revelado que la preparación de su profesorado es buena y que ha sido capaz de adaptarse de modo adecuado a la avalancha de nuevos estudiantes. Pedro Apodaca, responsable del plan de calidad de la UPV, admitió que la universidad pública vasca ha suspendido alguna materia. La peor nota la recibe en su gestión, que está demasiado atomizada. Apodaca subrayó que es necesario concienciar a la comunidad académica para que trabaje en equipo, como un todo. Aunque la UPV fue una de las primeras en presentarse a este examen, son varias sus homólogas españolas que lo están pasando. Estas evaluaciones voluntarias han permitido conocer, según Luxán, que la calidad y la cantidad de la producción científica en las universidades de España es "en muchos campos de excelencia", también ha propiciado que éstas contabilicen cuánto tiempo pasan los alumnos para completar una titulación, que antes no se hacía. Estos son los puntos fuertes en el panorama nacional. Entre los débiles destaca que la universidad aún está más empeñada en qué enseña que en cuánto aprende el alumnado.

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