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Entrevista:

"España debe invertir en Marruecos como en Portugal y Latinoamérica"

Ministro de Economía del Gobierno socialista marroquí, Fathallah Oualalou, doctor en Economía, profesor universitario y experto en relaciones euro-árabes, augura un acercamiento progresivo entre España y Marruecos basado en un nuevo tipo de relaciones, alejado de la visión comercial tradicional.Oualalou explica con profusión y casi pasión el proceso de apertura política y económica que lleva a cabo su Gobierno en Marruecos que espera culminar con una mayor presencia de inversores españoles, atraídos por el proceso de privatizaciones puesto en marcha.

En opinión del titular de Economía marroquí, las relaciones hispano-marroquíes están entrando en una nueva fase que no pueden empañar ni los periódicos roces en materia agrícola y pesquera, ni la reivindicación de Ceuta y Melilla y, ni siquiera, las diferencias de "sensibilidad" política entre el Gobierno de José María Aznar y el del primer ministro socialista Yusufi.

Pregunta. ¿Cuál es la situación actual de la economía marroquí?

Respuesta. En primer lugar hay que decir que los últimos acontecimientos registrados en la economía mundial no han supuesto ningún problema para Marruecos. La situación económica de Marruecos, en general, es favorable. Y ello porque tenemos un nivel de equilibrios fundamentales muy bueno. El déficit público no supera el 3% del PIB, el criterio establecido en el Tratado de Maastricht; la inflación se mantiene entre el 1% y el 2% y existe un nivel de reservas exteriores muy importante. También ha mejorado el intercambio comercial con el exterior. Salimos de la situación que tuvimos hace dos años [en 1997, la economía marroquí decreció en un 2%]; el turismo crece y crecen también las transferencias de los emigrantes marroquíes. Un dato: el año próximo la previsión de crecimiento económico es del 7%.

P. Marruecos está dando a conocer el proceso de reformas económicas y políticas en el que está inmerso el país. ¿Qué medidas concretas se están adoptando?

R. Hemos empezado un proceso de liberalización económica y tenemos estrechos acuerdos con la UE. En este sentido, hemos empezado a preparar una zona de libre cambio, con desarme arancelario. En general, estamos llevando a cabo un esfuerzo de modernización para preparar la economía de Marruecos a la zona de libre cambio. Por ello, trabajamos en la transformación de los instrumentos jurídicos del país. Están en marcha una reforma de la Administración, de la Justicia y de las normas que rigen las sociedades anónimas, el comercio y las aduanas. Existe también una Ley de Concurrencia. Todos ellos son ejemplos del esfuerzo de modernización que lleva a cabo Marruecos para preparar un cuadro beneficioso en las relaciones con la Unión Europea.

P. El papel de España en ese proceso de cambios que debe culminar en la zona de libre cambio en el año 2010 ¿Cómo lo contempla Marruecos?

R. España tiene el carácter de interlocutor, de partener privilegiado. Dentro de ese proceso de cambios, el papel de España es muy importante, por proximidad geográfica, por el lugar que ocupa dentro de la Unión Europea y por las relaciones de proximidad no sólo geográficas. Actualmente, las relaciones con España son excelentes, pero creo que hay que renovar esas relaciones; hacerlas salir del cuadro clásico comercial. Hay que dar más importancia a los inversores. En suma, el de España debe ser un proceso similar a lo que lleva a cabo con Portugal o con América Latina.

P. España es ahora mismo el tercer país inversor en Marruecos. Más de 800 empresas españolas están presentes en su país. ¿Puede llegar a ser el primero?

R. Es legítimo que España ocupe la primera plaza. Los inversores españoles, si no son cuantitativamente importantes en este momento, sí lo son cualitativamente. Han pasado 13 años desde la integración de España en la UE. Ahora puede concurrir al mercado del Sur del mediterráneo, a nivel del Magreb. Pero también para ocupar una plaza muy importante a partir de Marruecos dentro de la UE. Hay oportunidades en el sector del turismo. Y están también las privatizaciones y la cesión de servicios públicos. Hay una especifidad de España respecto a Marruecos. Su proximidad no sólo al Norte del país, sino también al Sur, a través de Canarias. Esa doble proximidad multiplica las oportunidades.

P. Uno de los asuntos estrella de sus reuniones al máximo nivel en España ha sido la reconversión de la deuda externa de Marruecos, 2,4 billones de pesetas, en inversión. ¿Qué nuevas fórmulas ha propuesto para aliviar esa importante carga financiera?

R. El peso de la deuda es importante para Marruecos. Pero cuando buscamos alejar ese peso, no es una finalidad última. Lo que es más importante es que el tratamiento de la deuda se hace en relación con los inversores. Eso es algo que va a aprovechar a España. Van a ganar los inversores y también Marruecos y eso va a reforzar cualitativamente las relaciones entre los dos países.

P. Relaciones que no están exentas de tensiones periódicas y aún de conflictos, sobre todo en los apartados de la agricultura y de la pesca...

R. Hay que cambiar de visión sobre esta cuestión. Pasar de la visión que teníamos en los años 70 y 80. Se trata de buscar una visión dinámica. España constituye hoy una economía de progreso tecnológico, forma parte de la UE y debe seguir su camino a este nivel, sin centrar su desarrollo en sectores obsoletos. Pero hay oportunidades de desarrollar relaciones de progreso y asociación en esos sectores [agricultura y pesca] con Marruecos.

P. Entiendo que se refieren a la constitución de joint ventures (empresas de capital-riesgo) con empresas españolas en esos sectores...

R. Por supuesto.

P. Pese a sus esfuerzos y el énfasis con el que explican el proceso de reformas en Marruecos, parce que éste va lento y que se prolonga, con parones, desde principios de década. Incluidas las privatizaciones.

R. No creo que haya ningún tipo de parálisis en este momento. Al contrario. Actualmente hay una nueva ley que va a pasar por el Parlamento y que va a acelerar el proceso de privatizaciones. El Gobierno actual no tiene una posición dogmática en esta materia. Muy al contrario, tiene una posición pragmática. En el sector de telecomunicaciones, por ejemplo, se va a llevar a cabo un proceso similar al que se ha realizado en España.

P. Para Marruecos, el desarrollo del Norte del país es crucial. ¿Cómo encajan Ceuta y Melilla en ese proyecto de desarrollo?.

R. El Norte es muy importante para Marruecos. Es una zona subdesarrollada que requiere un gran esfuerzo de promoción. Ceuta y Melilla, que consideramos ciudades marroquíes, deben participar en una visión global de la promoción del Norte. Su Majestad el Rey (Hassan II) ha hablado de un proceso que permite pasar este problema políticamente, pero siempre salvando los intereses legítimos de la parte española y de la parte marroquí. Dentro de esa visión global se puede hacer la promoción de esta parte de Marruecos, teniendo en cuenta los importantes intereses de España en la zona. Las relaciones con España son muy importantes, pero debemos pasar esas relaciones al nivel del siglo XXI. Hay que llegar a soluciones en serenidad, en paz y con cooperación.

P. El hecho de que la orientación política del Gobierno de Marruecos sea opuesta a la del actual Gobierno español, ¿tiene trascendencia en las relaciones bilaterales?

R. Esta diferencia entre la sensibilidad política de los dos Gobiernos no tiene ninguna implicación sobre las relaciones entre España-Marruecos. Quedó demostrado en la visita del presidente Aznar a Marruecos. Aznar notó una corriente de simpatía mutua. Las relaciones entre los dos países son más profundas que lo que implican sensibilidades diferentes. El Gobierno tiene buenas relaciones con todos los componentes de la sociedad política española. Yo he venido a España dos veces en un mes. Estoy alegre porque las relaciones entre Marruecos y España progresan y existe una nueva consciencia de los intereses comunes para los dos países. Tengo la sensación de que para España ha llegado el tiempo de Marruecos.

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