Las cosas de Arteta
A mi artículo La lengua denostada (EL PAÍS, 8 de octubre), Aurelio Arteta responde con una carta pintoresca (16 de octubre). Sin gran entusiasmo, quiero decirle que firmo Henrike siguiendo el santoral aprobado por la Academia Vasca. Además, le aconsejo que cambie de detective privado, pues yerra en cuestión de mi lengua materna. Fui inscrito Enrique porque hubo cierta guerra entre 1936 y 1939, a consecuencia de la cual también en Tarragona la única lengua permitida era el castellano. Y añadiré dos cosas: que, pese a algunos progres un tanto tardíos, cuya patita es reconocible sin mayor esfuerzo, la política lingüística trata sencillamente de corregir injusticias. Y, por lo que toca a la ridícula acusación de filólogo nacionalista, el nuevo detective privado que Arteta contrate podrá disponer, sin duda, de mi currículum para ver si eso es verdad.-
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