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Temporeros portugueses son explotados por mafias organizadas en el campo navarro, según Comisiones

El sindicato Comisiones Obreras denunció ayer la actuación de organizaciones mafiosas que explotan en Navarra a temporeros portugueses en tareas agrícolas. Una situación similar pretende ser evitada en Álava, donde el Gobierno vasco y la Diputación alavesa se han puesto de acuerdo para elaborar un convenio colectivo que regule las condiciones de trabajo en la vendimia y la recogida de la patata y evite la subcontratación de trabajadores. Según el sindicato, los intermediarios se quedan con gran parte del salario y llegan a pagar con droga y servicios sexuales.

Los abusos de las redes de intermediarios, denunció ayer el sindicato en una conferencia de prensa celebrada en Pamplona, afectan a un 25% de los más de cinco mil ciudadanos de Portugal que participan en las campañas de recogida de la uva, el tomate, el pimiento y los árboles frutales en la Comunidad Foral. Comisiones asegura que también se están produciendo casos de violencia física contra los temporeros que intentan sacudirse el control de estos intermediarios y que se da incluso el pago de una parte de sus salarios en drogas o servicios de prostitución. Un tercio del salario Según manifestó Jesús Recalde, secretario de Empleo del sindicato, los propietarios agrícolas contratan con estas organizaciones intermediarias la peonada por un precio medio de unas 8.000 pesetas diarias. Sin embargo, de esa cuantía apenas llegan al trabajador unas 2.500 pesetas por jornada. "Estas mafias controlan grupos de temporeros, que son ofrecidos a grupos de empresarios o a empresarios individuales del campo por un salario de unas 8.000 pesetas". "De esta manera", explicó el representante sindical , "mantienen formalmente todos los requisitos legales, porque a los trabajadores se les paga teóricamente lo que les corresponde, se realizan contratos, se les da de alta en el libro de matrícula. Sin embargo, en realidad, las mafias se quedan una parte muy importante de ese dinero y el trabajador apenas recibe unas 2.000 o 2.500 pesetas por día". CC OO aseguró que los responsables de estas mafias están utilizando métodos violentos como amenazas y palizas para impedir las denuncias, y que llegan a pagar algunos salarios en especie, bien con drogas o con prostitutas. El sindicato recordó que en comunidades limítrofes a Navarra, como La Rioja y Aragón, estas mafias han llegado a presionar directamente a algunos propietarios agrícolas para imponer la contratación de sus trabajadores. Los empresarios que acceden pagan algo más del salario mínimo establecido para los temporeros, pero de esta forma se desentienden por completo de los derechos laborales de estas personas o de atender los servicios básicos que necesitan en vivienda, sanidad o educación. Llamada a los empresarios La situación, indicó Recalde, es de dominio público en algunas poblaciones de la ribera sur de Navarra, de fuerte tradición agrícola. El sindicato, no obstante, no quiso dar los nombres de los municipios afectados "para no establecer agravios comparativos". CC OO ha mantenido ya contactos con la Unión de Agricultores y Ganaderos de Navarra (UAGN), el sindicato al que pertenecen la mayoría de los propietarios agrícolas de las áreas afectadas, para instarles a que eludan la acción de las mafias y cuiden de que se cumplan los derechos de los temporeros. También ha pedido que el tema sea estudiado urgentemente en la Mesa Provincial de Seguimiento de las Migraciones Interiores. En Álava existen ya dos oficinas públicas, una en Laguardia, para la vendimia, y otra en Salvatierra, para la campaña de la patata, que pretenden llegar a encauzar toda la contratación de temporeros para evitar la acción de las mafias, denunciadas ya por el Ararteko el pasado año. Así mismo, este año las autoridades han puesto un expecial cuidado en que se cumplan las condiciones de higiene y salubridad en los albergues y campamentos dispuestos para estos trabajadores. Álava recibe anualmente unos 700 temporeros, portugueses y personas de etnia gitana, especialmente, dedicados a las campañas de recolección de la patata, la remolacha y la vid.

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