D'Alema reparte el poder entre la izquierda y la derecha moderada en el nuevo Gobierno
Massimo D'Alema, un romano de 49 años, se convirtió ayer gracias a los vuelcos de la política italiana, en el primer ex comunista en dirigir un Gobierno en la Europa Occidental. Se trata de un Gobierno de "equilibrio", según el hombre que lo ha elegido, "entre las exigencias de representación política y la cualidad y competencia" de las personas que lo integran. En otras palabras, un Gabinete repartido de forma escrupulosa, entre la izquierda y el centro católico, con 12 ministros más o menos rojos y otros tantos blancos o ex democristianos, con dos independientes.
El nuevo Ejecutivo representa un pacto de intereses entre 11 partidos, con todas las dificultades que esto entraña. La patronal italiana recibió con aceptable satisfacción la lista de ministros, mientras la oposición denunciaba el "regreso a la partitocracia". Fue el ex presidente de la República, Francesco Cossiga el que pronunció las palabras más solemnes para referirse al nuevo Gobierno, "que representa", dijo, "el fin de la guerra fría". El de ayer fue un día histórico para Italia aunque no todos los italianos juzgarán lo de histórico como una categoría positiva. No todos los días se realiza el sueño acariciado en los años setenta por los líderes de la Democracia Cristiana, Aldo Moro, y del Partido Comunista de Italia (PCI), Enrico Berlinguer, de ver confluir en un mismo Ejecutivo, a los dos grandes bloques que han dominado la vida política italiana de la posguerra. El sueño del compromiso histórico se hace realidad bajo la guía de un ex comunista y a ello debía referirse Cossiga cuando se declaró "honrado de haber prestado este servicio definitivo a la patria".
Es cierto que el heredero de Berlinguer está lejos de ser ideológicamente un comunista, aunque no puede decirse otro tanto de algunos de los líderes de la ex Democracia Cristiana (DC) que han hecho posible este Gobierno de amplia y compleja coalición en el que, en palabras de un parlamentario, "se combinan todos los frutos, incluso los prohibidos".
Traspaso en el PDS
D'Alema, que espera poder traspasar sus responsabilidades de jefe del Partido de los Demócratas de Izquierda (PDS) al exviceprimer ministro Walter Veltroni, reconoció ayer al presentar la lista de su Gabinete, que ha tenido algunas dificultades para redactarla, pero "no ha habido dramas", precisó. Se trata de un Ejecutivo con seis mujeres, una de las cuales, la democristiana Rosa Russo Jervollino, de 62 años, dirigirá además el Departamento de Interior, lo que representa todo un éxito de imagen para D"Alema. En el nuevo equipo figuran 11 nombres del anterior Gobierno dirigido por Romano Prodi, y hay una infinidad de rostros nuevos para el ciudadano de a pie. Junto a ellos, figura un alcalde ex comunista, Antonio Bassolino, que se ocupará del Departamento de Trabajo y mezzogiorno -aunque no está claro si podrá compatibilizarlos con su trabajo en Nápoles-, y una personalidad independiente, ligada al socialismo como Giuliano Amato que fue mano derecha del ex líder socialista Bettino Craxi.
Los partidos que se llevan la parte del león en el reparto son los del PDS, al que pertenece el nuevo primer ministro, y el subsecretario de Presidencia, y el Partido Popular Italiano (PPI), en el que figuraba Prodi como independiente. El primero se adjudica siete departamentos, mientras el octavo, otorgado a la ambientalista Laura Balbo, puede considerarse a caballo entre el PDS y los Verdes, dada la formación comunista de su titular.
En segunda posición por número de cargos figura el PPI que se adjudica el viceprimer ministro y seis carteras, entre ellas la codiciada cartera de Interior, -tradicionalmente bajo control democristiano-, y uno de los dos departamentos en que ha quedado dividido el de Educación, el de Universidad e Investigación, adjudicado a Ortensio Zecchino, uno de los grandes desconocidos del nuevo Gobierno. Dentro de este cupo figura un popular fiel a Prodi y al Olivo, el exsubsecretario de Presidencia, Enrico Micheli, que ahora se hace cargo del Ministerio de Obras Públicas. Pero son Sergio Mattarella, un palermitano de 57 años, y la citada Jervollino, los que se alzan con los dos principales cargos. Mattarella, un hombre que ha ocupado dos ministerios en Gobiernos democristianos, es el portavoz del Grupo Popular en la Cámara de Diputados y una destacada figura del PPI.
Por número de carteras les sigue la Unión Democrática para la República (UDR), la formación creada por Francesco Cossiga que ha dado los votos necesarios para sobrevivir a la coalición de centro-izquierda, aún a riesgo de desnaturalizarla. La UDR se adjudica el importante Ministerio de Defensa, cuyo titular pasa a ser Carlo Scognamiglio, ex presidente del Senado y uno de los más tediosos escritores del país.
Entre los vencedores del tira y afloja final figuran también los Verdes, que pese a contar con sólo 28 parlamentarios, conservan el Ministerio de Medio Ambiente, encargado a Edo Ronchi, y ganan el de Igualdad de Oportunidades, para Laura Balbo.
El partido comunista de Armando Cossutta tampoco ha salido mal parado, conquistando los dos ministerios que reclamaba el septuagenario líder, uno, el de Justicia, importantísimo, el otro, el de Asuntos Regionales, de nueva creación, a cuyo frente ha sido colocada una militante del partido, Katia Belillo, con escasa experiencia de Gobierno.
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