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La "traición" eléctrica de Bob Dylan

Se publica 'Live 1966: The Royal Albert Hall Concert', el "álbum pirata más famoso"

Durante más de 25 años han estado circulando ediciones piratas de un concierto que ilustra uno de los conflictos más graves para un creador. Considerado "el álbum pirata más famoso de todos los tiempos" el Live 1966: The Royal Albert Hall Concert, grabado en realidad en Manchester el 17 de mayo de 1966, recoge la terca audacia de un Bob Dylan, ídolo del folk y la canción comprometida, en un quiebro radical hacia el sonido eléctrico, ante un público que lo considera un traidor. Ahora sale oficialmente este álbum doble, con la versión íntegra de ese momento.

El amor es intransigente, exige una fidelidad que a veces va más allá de la voluntad y el sentimiento honesto de una de sus partes. Y eso se aplica también a los amantes de la música, del arte. Bob Dylan se erigía, en la primera mitad de los años sesenta, en el portavoz de una generación políticamente comprometida y dispuesta a aceptar cualquier tipo de cambio radical en el mundo, menos que su ídolo se pasara a las filas de lo que consideraba el enemigo: las bandas de rock que copaban las emisoras de música comercial. Es comprensible, por lo tanto que reaccionaran de forma tan hostil a la gira que, desde el festival de folk de Newport, en 1965, hasta el último concierto en Londres, en mayo de 1966, les presentaba la doble cara de su ídolo. En el disco que ahora se edita oficialmente (mezclado y masterizado a partir de las grabaciones originales) se oye con claridad el grito de ¡Judas! que alguien le espeta entre el público, entre un barullo de abucheos y aplausos dispersos. Dylan responde un "no te creo, eres un mentiroso" para dar la orden a su banda, The Hawks (después llamados The Band), que emprenda con fuerza una versión de Like a rolling stone conmocionada y orgullosa. Es el momento culminante de un concierto que en su primera parte complacía a sus admiradores en sesión acústica, con el bardo acompañado solo por su guitarra y la armónica. Interpreta temas como She belongs to me, Desolation row, Just like a woman y Mr. Tambourine man. Dylan ya había declarado unos meses antes: "Todos los conciertos me suenan a lo mismo. Primera parte, segunda parte, dos bises y a correr. No lo comprendo, recibo ovaciones cerradas y no significan nada para mí. Al principio no me daba vergüenza, pero después fui consciente de seguir un patrón". Dylan, con 25 años, decidió abandonar la fórmula del éxito fácil, asumiendo todos los riesgos. Un par de meses después se rompió el cuello en un accidente de moto, que lo apartó dos años del mundanal ruido. Cuando volvió, barbado y taciturno, sus temas exhalaban una extraña mística.

Pero quienes lo hayan escuchado en los últimos años pueden comprobar lo mucho que disfruta con su banda y cómo aquella ruptura, considerada una traición, fue, en realidad, un atajo hacia su futuro.

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