Hacienda embarga al Madrid sus ocho millones mensuales de las quinielas

Hacienda ha embargado al Real Madrid los ocho millones de pesetas mensuales que percibe como porcentaje de las quinielas a través de la Liga de Fútbol Profesional. La decisión es consecuencia de las actas que Hacienda levantó al club blanco en 1996 por el pago de los derechos de imagen por un importe de 2.500 millones de pesetas. El club recurrió estas actas y presentó como aval La Esquina del Bernabeú. Sin embargo, Hacienda no ha aceptado esa garantía y finalmente ha ordenado el embargo de esos ingresos hasta cubrir los 2.500 millones reclamados.

El vicepresidente económico del Real Madrid, Juan Onieva, afirmó ayer a este diario que el club ya recurrió en su momento contra la decisión del Tribunal Económico Administrativo Central (TEAC) de no aceptar las garantías hipotecarias que había presentado cuando recurrió las actas de Hacienda. El club blanco presentó el recurso ante la Audiencia Nacional, pues el TEAC es un tribunal administrativo que depende de Hacienda y por lo tanto no tiene carácter de justicia ordinaria, que mantuvo la decisión del TEAC. Finalmente, el Madrid acudió al Tribunal Supremo, que aún no se ha pronunciado.

El embargo de Hacienda arranca de la inspección que realizó al Real Madrid de los años 1991 a 1994, época en la que estaba gestionado por el anterior equipo, presidido por Roberto Mendoza.

De la inspección resultó un acta final de 2.500 millones de pesetas. Esta cantidad era la consecuencia de haber pagado a los jugadores profesionales a través de sociedades parte de sus ingresos como derechos de imagen. Este tipo de pagos permitía al club no realizar retenciones por el Impuesto de la Renta, al tiempo que facilitaba y reducía el pago de impuestos de los propios jugadores.

El sistema fue aplicado por varios clubes, además del Real Madrid, entre ellos el Barcelona y el Atlético de Madrid. Estos dos clubes también presentaron recurso ante el TEAC contra el acta de Hacienda. Pero su recurso fue acompañado del correspondiente aval bancario, por lo que el tribunal sí lo consideró garantía suficiente.

El Atlético de Madrid perdió el recurso, pero el 25 de septiembre pasado canceló la deuda, que ascendía a 2.834 millones de pesetas, y recuperó la posesión de los avales presentados (el 50% de dos contratos diferentes con Gestora de Medios Audiovisuales).

El Real Madrid, en cambio, con una situación financiera mucho menos holgada, no pudo disponer de esas garantías bancarias y ofreció la esquina del Bernabeu

Onieva, en la línea de lo manifestado por los responsables de otros clubes, se manifestó optimista sobre su disconformidad de fondo con Hacienda sobre el asunto de los derechos de imagen.

En declaraciones efectuadas la noche del miércoles, el presidente del club, Lorenzo Sanz, sí que se mostró sorprendido por la decisión de Hacienda, que creía debería haberse aplazado hasta que los tribunales dijeran su última palabra.

La regulación de esta forma de pago fue modificada en la ley de acompañamiento de los presupuestos del Estado para este año, que que implicó que a partir del pasado mes de enero, los clubes no podrán abonar a los jugadores profesionales más de un 15% de sus ingresos en forma de derechos de imagen. Y esto sometiéndolos también a determinadas retenciones, como ocurre con los salarios de los trabajadores por cuenta ajena.

La modificación ha implicado un mayor coste salarial para los clubes, mayor cuanto más lo es el presupuesto de la entidad. Obviamente, Real Madrid y Barcelona son los más afectados.

En el caso del club catalán, el nuevo sistema implica que determinados patrocinadores o explotadores de los derechos de imagen del club pagan directamente a los jugadores una parte de sus ingresos. Esto ocurre concretamente con la televisión autonómica catalana TV3, que ha firmado contratos en este sentido con los jugadores del equipo catalán. Sin embargo, el Real Madrid no ha podido alcanzar aún acuerdos en esa línea con ninguna cadena televisiva, por lo que ha realizado consultas para saber si el sistema es correcto.