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Las "madres de alquiler" ya pueden cobrar legalmente en el Reino Unido

La ley española declara nulos los acuerdos "con o sin precio"

Isabel Ferrer

Las madres de alquiler no podrán lucrarse a partir de ahora en el Reino Unido cuando acepten tener el hijo de una pareja incapacitada para ello. La nueva normativa, que permite la presentación de una "nota razonable de gastos" por parte de la gestante, trata de impedir que la subrogación maternal se convierta en una forma de comercio. La reforma ha sido avalada por el Ministerio de Sanidad británico, que ya había aceptado anteriormente la posibilidad de acuerdos similares, pero sólo como último recurso.

Cuando todos los tratamientos de fertilidad asistida fallan, pero la pareja sigue deseando tener un bebé propio, los ginecólogos británicos pueden sugerir el uso de la última vía posible, una madre de alquiler que soporta la gestación y luego entrega el niño a la pareja. Hasta ahora, el procedimiento se prestaba a precios abusivos amparados por la falta de regulación legal.En España, la Ley de Reproducción Asistida (35/1988) declara "nulo de pleno derecho el contrato por el que se convenga la gestación, con o sin precio, a cargo de una mujer que renuncia a la filiación materna en favor del contratante o de un tercero". Además, la misma ley establece que "la filiación de los hijos nacidos por gestación de sustitución será determinada por el parto". Es decir, que el hijo pertenece siempre a la mujer que lo da a luz.

En realidad, los tribunales británicos también otorgan la filiación a la mujer que da a luz en caso de litigio. Pero la nueva regulación permite un arreglo económico legal, siempre que haya acuerdo entre las partes.

Kim Cotton, pionera de estos acuerdos británicos, tuvo en 1985 un pequeño para otros padres por 6.500 libras (un millón y medio de pesetas). Desde entonces dirige una asociación privada que gestiona contratos similares. Los problemas surgidos en varios casos sonados han llevado ahora al Gobierno laborista a regular el procedimiento. "Tratamos de evitar que las parejas estériles desembolsen sumas absurdas que pueden hipotecar sus vidas y el futuro del niño", ha dicho Tessa Jowell, secretaria de Estado de Sanidad.

Dos millones y medio

A partir de ahora, por "gastos razonables" se entenderán los que cubran la manutención, revisiones médicas y pérdida de salario, si la madre de alquiler trabajaba, durante la gestación. Aunque cualquier otro tipo de pago era ya ilegal antes de la reforma, la cifra de 10.000 libras (dos millones y medio de pesetas) era bastante habitual en los pactos particulares.Decisiones como la de Karen Roche, madre ya de dos hijos propios que fingió un aborto para no ceder al niño de una pareja holandesa, no podrán, sin embargo, evitarse. Los tribunales británicos fallaron a su favor y conservó al pequeño, hijo genético suyo y del varón de la otra pareja. Su esposa había sufrido varios abortos y no podía culminar un embarazo. En situaciones así, la madre que da a luz sigue siendo la única considerada como tal por los jueces. En el estudio más amplio elaborado hasta la fecha sobre los hijos de las madres de alquiler, la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología apunta a un incremento del riesgo de que padezcan enfermedades o defectos de nacimiento. Ello no impide a las parejas británicas que no consiguen sus objetivos en casa acudir incluso a Estados Unidos. Por unas 40.000 libras (unos diez millones de pesetas) pueden intentarlo de nuevo. Con dicha suma, centros que han hecho de la subrogación materna su lema abonan los gastos médicos, pagan a la madre de alquiler y a los abogados. Hace pocos meses, la actriz estadounidense Raquel Welch aseguró que pagaría hasta 30.000 libras (7,5 millones de pesetas) por encontrar una mujer que quisiera tener un hijo para ella y su novio, Richie Palmer, de 37 años. Ella supera ya la cincuentena.

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