De la cultura
"En una época sin certezas, la información se convierte en el bien más preciado o en el valor supremo", dice el editorial de El paseante dedicado a la revolución digital. Muchos jóvenes lo saben y por eso esperaban y se desesperaban en el Teatro Central por no poder entrar en Art Futura y tomar contacto con el ciberespacio, con los escenarios virtuales, con la nueva percepción del mundo a través de una máquina que te permite jugar contigo mismo, hablar aunque nadie te escuche y ser lo que quieras y puedas ser, con esa cultura electrónica que nos obliga a pensar nuestra cultura y nuestro sistema de valores desde otras coordenadas. Art Futura ha despertado más interés del que se esperaba, los jóvenes tienen más curiosidad de la que creemos, pero nosotros, los que tenemos más edad, continuamos anclados en el mismo discurso de hace 40 años: en el Foro Andalucía Nuevo Siglo se opinaba sobre la necesidad de elevar el nivel cultural para salvar el divorcio que existe entre la cultura elitista privilegiada y la cultura popular. A mí hasta se me ha olvidado en qué consiste esa cultura popular que intuyo que puede ser la mía, pero no creo que sea la única en querer acercarme -superficialmente, claro- sola y sólo a lo que me interesa. Salvado el problema económico, que es difícil de salvar, una vez que sabemos leer, escribir y expresarnos, que parece difícil de conseguir, somos libres de acercarnos al conocimiento que nos apetezca, ya sea la biogenética o los saberes de la prensa del corazón. Además, si a estas alturas y con los medios de los que disponemos no hemos elevado el nivel cultural general, digo yo que debe ser porque no ha habido suficiente intención de conseguirlo. Antonio Muñoz Molina lo dijo bien claro en La disciplina de la imaginación, su conferencia que este diario publicó el 29 de septiembre. Afortunadamente podemos disfrutar de actividades culturales elitistas que nos permiten estar un poco más al día. Los jóvenes que fueron al Teatro Central saben que no hay mejor cultura que la que nos aproxima a la realidad actual, esa que nos invadirá y ojalá nos coja preparados.BEGOÑA MEDINA
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