La coyuntura manda

El irregular desarrollo competencial del texto estatutario ha empañado la carta magna del pueblo vasco. Según el Gobierno vasco, lo que debería haber constituido un proceso gradual y continuo de desarrollo estatutario ha vuelto a "estar hipotecado por las coyunturas políticas". Así, el Ejecutivo de Vitoria ha echado en falta una actitud más abierta y receptiva por parte del poder central. Mientras, el Gobierno Aznar ha observado una profunda reserva ante ciertas reclamaciones, como la asunción por parte de Euskadi de las políticas activas del Inem. Según algunos sectores nacionalistas, la Administración central no quiere gastar toda su munición y se guarda esta baza para otra coyuntura política más favorable. Para Lakua, la transferencia de las políticas activas del Inem es fundamental para que Euskadi pueda articular sus propias políticas de formación y emplo. "El pleno y leal desarrollo", ha reiterado el vicelehendakari Juan José Ibarretxe, "del Estatuto de Gernika se concibe como uno de los elementos básicos para reforzar la confianza democrática y la convivencia pacífica en Euskadi". De cualquier forma, el Estatuto está rodeado de luces y sombras. Mientras para el bloque nacionalista el crecimiento del autogobierno por encima del techo que marca el Estatuto es inevitable, para el PP y el PSE es más que suficiente.