El juego del desmarque
Mientras duró el consenso, los socios fueron capaces de sacar adelante en el Parlamento hasta 55 leyes, unas veces con la ayuda de la oposición y otras en solitario. Entre las más relevantes figuran la de Servicios Sociales, la de la Función Pública Vasca, la de Ordenación Sanitaria y la Ley contra la Exclusión Social. Previamente a ésta, por primera vez, el Parlamento aceptó una iniciativa legislativa popular a propuesta de un colectivo ajeno al Gobierno. La máquina del tripartito funcionó bien hasta la recta final de legislatura. En ese momento, los demarques y encontronazos entre los socios se sucedieron. En unas ocasiones fueron el PSE y EA los que se aliaron contra el PNV (Relaciòn de Puestos de Trabajo de la Ertzaintza, jornada de 35 horas) y otras veces los socialistas se quedaron sólos frente a los nacionalistas (Ley del Deporte, iniciativa sobre Treviño o acatamiento de la Constitución). Además, en alguna oportunidad el PNV recurrió al PP para complicarles la vida a sus socios. Así ocurrió con el parón al decreto sobre grandes superficies comerciales promovido por Rosa Díez (PSE) o con la negativa a recurrir la Ley estatal del Suelo, tal y como propuso Patxi Ormazabal (EA). Al final, las coincidencias parlamentarias del PNV y EA con HB resultaron insportables para el PSE y lo que empezó siendo una marejada acabó en ciclón.