El cisma del cartabón
Las luchas intestinas del colegio de arquitectos desembocan en la creación de dos decanatos enfrentados entre sí
Una enorme grieta divide y separa a los miembros del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM). O mejor dicho, a los dos colegios oficiales de arquitectos de Madrid que existen. Ambos tienen el mismo logotipo, siglas, poderes, nombre de afiliados y presupuestos. Sólo se diferencian en el local que usan como sede y en el nombre de su decano. Sus posturas son irreconciliables.Los 7.000 arquitectos de la región se muestran atónitos ante esta situación, y máxime cuando todos sus proyectos, antes de su aprobación definitiva, deben ser visados por el colegio. Pero nadie sabe, a ciencia cierta, por cuál. Uno de los afectados reconoce: "Yo, por si acaso, llevo mis proyectos a los dos".
La historia del cisma del que es uno de los principales colegios profesionales de España (su poderío económico le permite hasta tener banco propio: la Caja de Arquitectos) comienza en 1992 cuando el entonces decano, Luis del Rey, dejó de pagar las cuotas del colegio al Consejo Superior de Colegios de Arquitectura, órgano que agrupa a todos los colegios de España.
La decisión se tomó con el argumento de que el colegio madrileño - que aporta el 35% de los gastos del consejo- tiene la misma representación (un voto) que el resto de los 18 colegios, aunque algunos de ellos aporten al consejo diez veces menos dinero que el de Madrid.
Finalmente, el consejo, tras dos años de impagos, decidió inhabilitar a Luis del Rey y a su junta directiva durante un año menos un día. El COAM recurrió ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que dio la razón al consejo. Pero la sentencia nunca llegó a ejecutarse, porque el colegio apeló al Supremo.
En abril de este año, Del Rey convocó nuevas elecciones. Se presentaron dos candidaturas: la encabezada por el propio decano y otra que capitaneó Eleuterio Población. Pero este último, que se considera perjudicado por los "métodos dictatoriales" de Del Rey, pidió al consejo que ejecutase la inhabilitación que pesaba sobre éste. El consejo lo aceptó, y el 13 de mayo inhabilitó al decano y a su equipo. Las elecciones fueron suspendidas y estalló la crisis.
El consejo superior nombró entonces decano provisional a Fernando Chueca-Goitia, de 83 años, el arquitecto en activo de más edad del colegio. Chueca, profesional respetado por la mayoría, tomó entonces una decisión que amplió la fractura profesional. Se presentó en la sede del colegio (calle del Barquillo, 12) y exigió a Del Rey que le traspasase todos los poderes. Del Rey se negó con el argumento de que su inhabilitación no era firme. Se atrincheró en su despacho y despidió a Chueca, que, indignado, se marchó. A partir de ese momento, convirtió la sede del Consejo Superior de Colegios (paseo de la Castellana) en sede provisional del COAM.
Del Rey sólo vio ya una solución para el nuevo colegio bicéfalo: elecciones. Confió en ganarlas, tal y como venía haciendo desde 1986. Pero se equivocó. La oposición estaba ya aglutinada en torno a Chueca. Arquitectos de derecha, centro e izquierda formaron un frente común. Doce años de poder absoluto de Del Rey le habían ocasionado demasiadas enemistades.
Finalmente, el pasado 6 de julio se celebraron las elecciones convocadas por Del Rey. Ninguna candidatura, aparte de la suya propia, se presentó. El decano, ante el escaso éxito de las votaciones (sólo 300 arquitectos acudieron a las urnas), decidió dar como válidos los 1.200 votos retenidos, que habían llegado por correo para las anuladas elecciones de mayo, a pesar de que muchos eligieron candidatos que no se presentaron a las últimas elecciones. Ganó Del Rey.
Pero pocos días después presentó su dimisión para demostrar que nada le ataba al sillón. La oposición no cesó de apuntar que Del Rey había preparado todo "esta chacota" para tapar presuntas irregularidades cometidas durante sus consecutivos mandatos. Tras su dimisión, el decanato provisional recayó en José María Fernández-Isla, arquitecto fiel al dimisionario. Entre sus primeras medidas estaba el convocar nuevas elecciones en noviembre Mientras tanto, Chueca-Goitia anunció elecciones para el 29 de septiembre. Salió elegido, tras una votación de 1.600 arquitectos, Eleuterio Población.
El pasado martes tomó posesión del cargo en la sede del consejo, ya que los locales de la calle del Barquillo están cerrados a cal y canto para él. El colegio que preside Fernández-Isla le considera en rebeldía.
Para liarlo todo un poco más, una nueva querella -los arquitectos consultados han perdido la cuenta de las sentencias, autos, denuncias y querellas presentadas por ambas partes- ha sido admitida a trámite.
La denuncia, en esta ocasión, es contra Chueca, y ha sido interpuesta por Fernández-Isla. Le acusa de presuntos delitos de prevaricación, usurpación de funciones y desobediencia judicial.
La Comunidad de Madrid, que tiene competencias en materia de colegios profesionales, ha anunciado que mediará en el conflicto, pero pocos confían que lo solucionará
De hecho, Eleuterio Población reconoció en su reciente toma de posesión que los arquitectos tienen que visar sus proyectos en la sede del colegio que preside Fernández-Isla, y luego deben acudir a la sede de la Castellana, para obtener la "aprobación definitiva".
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