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Tribuna
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¿Paz o territorio?

Emilio Lamo de Espinosa

Está bien que al callar las armas se oigan las palabras pero, por favor, despacio, con orden y meditando lo que se dice. Pues si Ardanza asegura que el diálogo debe posponerse al 2000, Arzalluz replica que los vascos no caben en la Constitución. Y si Pujol declara por la mañana que no pretende obtener nada de la tregua de ETA y se moverá siempre dentro del marco constitucional, por la tarde pide la autodeterminación y antes de cenar asegura que España no es una nación. Y si el PSOE reafirma su respeto al marco constitucional, e incluso juega a arroparse en la bandera nacional, España, Una Grande e Igual, no se entiende que el PSC se abstenga en la votación que declara el derecho de Cataluña a la autodeterminación. Mientras, los manifiestos se acumulan. Tras Lizarra y Barcelona vino Vitoria. La semana pasada tuvimos otros dos: el de Mérida y el posterior de Madrid. Estamos ante una barahúnda de declaraciones poco meditadas, más impulsivas que reflexivas y de las que muchos se arrepentirán (bueno, mientras no seamos nosotros quienes tengamos que arrepentirnos de sus declaraciones...).Por ello, sólo cabe elogiar la prudente y medida declaración del presidente Aznar del viernes 2, tejida con hilos del Pacto de Ajuria Enea, que sin embargo "olvida" el punto 8: todo puede pactarse mediante procedimientos constitucionales. Pequeño lapsus pues, más allá de lo que se desea está lo que ocurre. Y lo que ocurre es que la tregua de ETA refuerza el nacionalismo vasco que, previsiblemente, y salvo que la participación electoral crezca mucho (y podría ocurrir un efecto boomerang) ganará el día 25. Es cierto que el escenario abierto por la tregua refuerza también al Gobierno, eje y centro de cualquier escenario, como muestran las encuestas (¡por fin datos positivos para el PP... gracias a ETA!). Pero un eventual triunfo el 25 convalidaría la Declaración de Estella (y el Plan de Ardanza) con su exigencia de autodeterminación, apoyada cada vez más cerca por el cada vez más imprudente Pujol.

El hecho es que, guste o no (y personalmente me desazona), el debate sobre el Estado de las Autonomías y la autodeterminación se ha abierto a destiempo y de la peor manera: mezclando la petición de territorio con la paz y la tregua, que no deja de ser eso. Pues, para comenzar, la amenaza de ETA sigue viva y basta escuchar al PNV: si el PP y el PSOE hacen un frente para barrer al PNV de la escena política se iban a enterar, se iban a enterar. Y no por el PNV; que nosotros somos demócratas... Los puntos suspensivos son míos, pero la amenazante declaración es de Joseba Egibar. De modo que la paz no es negociable pero se negocia a diario, y cuanto más oigamos decir que no hay paz por territorio más sabremos que peligra el territorio (y si no tuvieran nada que ver, ¿a cuento de qué viene decir que no tienen nada que ver?).

Las elecciones vascas del día 25 se han transformado así en un verdadero test a la continuidad del Estado por lo que hace al País Vasco, seguido de Cataluña y quién sabe qué mas (pues la segunda operación Andalucía es una nación, del PSOE, ya ha mostrado la oreja). Nos jugamos mucho todos y por ello parece inevitable solicitar que los nacionalistas aclaren de una vez su posición sobre el derecho a la autodeterminación. No es muy tranquilizante oír a Arzalluz afirmar que ni nosotros, ni siquiera HB, prevemos una declaración de independencia ni una lucha inmediata por la independencia en los próximos cuatro años. Pues mientras el complejo mundo del vasquismo no aclare su posición en este tema la sensación es que se pide a los vascos que voten el día 25 una cosa (la paz) pero se pretende decir que votan otra (la autodeterminación), para trocar mágicamente la paz que desea el ciudadano por el territorio que desea el nacionalismo. La desazón es tan obvia que hasta el Círculo de Empresarios Vascos ha tenido que salir al paso afirmando la validez del Estatuto. La pregunta es, pues, clara: ¿pide o no el PNV la autodeterminación del País Vasco como parte de su programa político y, en caso afirmativo, en qué condiciones y términos? O dicho de otro modo y con mayor claridad, ¿qué van a votar los vascos el día 25, paz o territorio?

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