Dos Aguas recibe 100 toneladas diarias de residuos pero la empresa asegura que no envía basura fresca

La basura silenciosa ha empezado a llegar a la comarca de La Hoya de Buñol. Sin anuncios, sin estridencias, con mucho sigilo, una diaria procesión de camiones surcan desde verano las retorcidas carreteras que conducen a la Muela de Cortes de Pallás para depositar la producción de detritos del área metropolitana de Valencia. El macrovertedero valenciano más polémico, el situado en la partida de La Matrona, en Dos Aguas, ya recibe 100 toneladas de basura diarias, el 20% de lo que engullirá a finales de año, cuando la empresa calcula que será totalmente operativo. Pese a las denuncias en contra, los gestores aseguran que la basura enviada no es fresca, es decir, que se trata antes y a Dos aguas sólo llega el rechazo.

El vertedero de La Matrona, cuyas obras de acondicionamiento comenzaron en los meses estivales, está aún inconcluso. Situado en un barranco con una pendiente del 27%, las excavadoras remueven la tierra a toda velocidad a la vez que se construyen arriba los canales que desviarán el agua cada vez que una tromba amenace con anegar el Júcar de basura y devolver el nauseabundo regalo a los habitantes de Valencia (que se abastece de agua del embalse de Tous). Asimismo, todavía se está levantando el muro de 10 metros de alto y cinco de coronación que, con forma de dique para contener los detritos, hace clara competencia a la cercana presa de El Naranjero, a apenas 400 metros y que constituye la futura cola del embalse de Tous. Las obras prosiguen con rapidez al tiempo que llegan los camiones bañera (con la caja abierta) de gran tonelaje cargados con su incómoda carga. Los ecologistas, los grupos de la oposición y los vecinos contrarios al macrovertedero aseguran que cerca de 30 camiones diarios repletos de basura recorren los 50 kilómetros que separan Dos Aguas de Valencia. Y aseguran que ésta llega pestíferamente fresca, es decir, sin tratar, cuando al vertedero sólo debería llegar la basura de la que es responsable el Cosell Metropolità de L"Horta (CMH) -o sea, Valencia y otros 43 municipios- después de que los residuos son tratados en la planta de Hornillos, en Quart de Poblet. Así, tras extraer los materiales reciclables y fabricar compost con la materia orgánica, el rechazo se compacta en forma de paralepípedas pacas de basura. El vuelco de un camión cargado de residuos, el pasado 2 de octubre, en la carretera entre Real de Montroi y Dos Aguas confirmó las sospechas de los críticos. Aquel vehículo transportaba, según los testigos, basura sin tratar. Y, pese a que la carga suele ir tapada con mallas, el sospechoso y jorobado perfil de los remolques, hace que no se crean que lo que transportan los camiones sean poliédricas balas de rechazo. El olor tampoco ayuda a creer a la empresa gestora. Sin embargo, la unión temporal de empresas (UTE) Fomento de Construcciones y Contratas-Sociedad Agricultores de la Vega (FCC-SAV), adjudicataria del vertedero, asegura que las denuncias constituyen "una versión falsa promovida por gente que está en contra del vertedero". Afirma un portavoz que todo lo que llega a Dos Aguas proviene de la planta de Hornillos. FCC-SAV dice que ahora llegan siete u ocho camiones diarios con 100 toneladas. En el futuro serán 500, para completar las 180.000 toneladas anuales que colmatarán el vertedero dentro de 14 años. "Se trata, en su mayor parte, de balas compactadas pero hay otra parte disgregada que es la que puede inducir a error", explica el portavoz, "es el rechazo del afino, obtenido en el último proceso de criba tras la fabricación del compost, se transporta a granel porque no se puede compactar, pero es totalmente inerte". Esta fracción supone el 10% de todo lo que llega a Dos Aguas, según la UTE, y se utiliza para las pruebas de almacenamiento de las balas. De hecho, asegura la empresa, todas las pacas recibidas se depositan en la zona superior del vertedero (abajo no se ha acabado el dique de contención) para hacer pruebas de carga. Rechazo, al fin, inofensivo e inodoro. Sin embargo, los ecologistas, la oposición valenciana y los vecinos de La Hoya se tapan la nariz en las proximidades de Dos Aguas.