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Holbrooke informa a Milosevic de que ésta es su última oportunidad para evitar el bombardeo

Las dos reuniones que celebraron ayer en Belgrado el presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, y el embajador estadounidense ante la ONU, Richard Holbrooke, terminaron en fracaso. Holbrooke prolongará su estancia y volverá a hablar esta tarde con Milosevic. Holbrooke ha traído un misiva muy clara desde el cuartel general de la OTAN: es la última oportunidad para que Serbia cumpla con la resolución 1.199 del Consejo de Seguridad y evite el bombardeo. Milosevic dijo al enviado estadounidense que está seguro de que sus argumentos prevalecerán sobre las amenazas de guerra.

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Holbrooke salió con cara desencajada del primer encuentro. Duró tres horas y no hubo acuerdo. El enviado estadounidense se marchó en dirección a la embajada de EEUU. Iba a consultar por teléfono con los aliados cuáles eran los siguientes pasos. Tras la segunda reunión, que duró otras tres horas, Holbrooke se limitó a decir que la situación era "grave" y que las negociaciones "continuarán". El mediador viajará hoy a Pristina para entrevistarse con el líder kosovar, Ibrahim Rugova, para volver a encontrarse con Milosevic por la tarde."No hay cambios en la situación", dijo el norteamericano enviado por el Grupo de Contacto (EEUU, Rusia, Reino Unido, Francia, Alemania e Italia). "La OTAN intensifica los preparativos, pero también los esfuerzos diplomático. No tengo la ilusión de que las conversaciones vayan a ser fáciles", añadió.

En un comunicado de la presidencia yugoslava se decía que los asuntos de la entrevista habían sido las cuestiones de paz y seguridad, sin especificar más detalles. El comunicado expresó la esperanza de que "prevalecerán los procesos políticos, de los que Yugoslavia siempre ha sido partidaria". Milosevic se muestra convencido de que "los argumentos, que confirman del todo los cambios positivos, serán aceptados".

Desde la capital de Kosovo, el presidente de la mayoría de origen albanés, Rugova, reforzaba la tesis de Estados Unidos y los países que componen la OTAN: Belgrado no ha cumplido las exigencias del Consejo de Seguridad de la ONU, asegura.

Por ello, Holbrooke no quiere más trucos. Todo compromiso con el presidente yugoslavo y hombre fuerte de Serbia debe ser verificable. Tanto si se trata de la retirada de las tropas especiales de la policía serbia, del alto el fuego o del retorno de los refugiados, EEUU y la OTAN quieren confirmarlo sobre el terreno.

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Ataque nocturno

No se habla de plazos en Belgrado. Pero las declaraciones del secretario de Defensa de Estados Unidos, William Cohen, son claras. La solución de la crisis debe producirse "de aquí a una semana". Desde el punto de vista militar, el momento para un bombardeo nocturno es el 20 de octubre, debido a que hay luna nueva.Mientras que los políticos negocian para evitar la guerra, una parte importante de los extranjeros residentes en Yugoslavia, sobre todo familiares de diplomáticos y personal de algunas ONG, han decidido salir del país, más por temor a posibles represalias contra ellos, como consecuencia de la agitación xenófoba de algunos políticos, que por miedo a las bombas de la OTAN.

En medio de este ambiente negociador de último minuto, los halcones del régimen campan a sus anchas. El vicepresidente del Gobierno serbio, el ultranacionalista Vojislav Seselj, del Partido Radical Serbio (PRS), continúa en su campaña, aunque ayer limitó sus amenazas contra los periodistas extranjeros: "Los que provengan de países que no participan en la agresión contra Yugoslavia podrán sentirse seguros en nuestro país". Según Seselj, "a los ciudadanos de países que participan de algún modo en la agresión contra Serbia no les espera nada bueno en Yugoslavia". El político ultranacionalista, aliado de Milosevic, también amenazó a la OTAN: "Pueden mandar sus soldados a Kosovo, pero regresarán en ataúdes".

La situación prebélica beneficia a Milosevic, quien está aprovechando las circunstancias para arrinconar a la oposición y silenciar a los medios de comunicación independientes.

Pintan bastos para los medios como Radio Index, una de las emisoras más criticas con el régimen y más populares. En la noche del jueves los periodistas de esta emisora no pudieron entrar en sus estudios, sitos en el centro de Belgrado, no muy lejos de la Universidad. Ni siquiera les permitieron retirar sus pertenencias. Policías estatales y dos vigilantes del edificio donde se encuentran las instalaciones impidieron, pistola en mano, el acceso a los informadores. Durante unas 10 horas, hasta la mañana de ayer, la emisora dejó de transmitir sus programas habituales.

En una rueda de prensa, organizada por la Asociación de medios independientes, el director de Radio Index, Nenad Cekic, explicó que ignoraba el motivo de la medida represiva, pero relató lo ocurrido la víspera en un encuentro con el ministro de Información de Serbia, Aleksandar Vucic, del partido de Seselj. El ministro comunicó a los directores y propietarios de medios independientes la decisión de prohibir la emisión de programas procedentes de emisoras extrajeras.

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