Prodi aplaza 48 horas la crisis de Gobierno
Haciendo gala de una flema británica, el primer ministro italiano, Romano Prodi, se concedió ayer 48 horas para hallar una salida a la crisis de Gobierno que se le echa encima tras la decisión de los neocomunistas de no votar la ley de Presupuestos. Antes de acudir al Parlamento y recabar el apoyo con el que cuenta, tal y como le ordenó el presidente de la República, Oscar Luigi Scalfaro, Prodi optó por mantener su agenda política.
El primer ministro italiano se desplazó a Florencia para asistir a la cumbre anual franco-italiana, que concluirá esta tarde. El comienzo del debate parlamentario queda aplazado así hasta mañana y la crucial votación final de la que depende el futuro del Gobierno, a la semana próxima.El dato no es irrelevante si se tiene en cuenta que Prodi aplazó la cumbre italo-española del mes de julio (todavía sin celebrarse) para acudir a una votación de comprobación de la mayoría de Gobierno que estaba ganada de antemano. [El primer ministro italiano estaría intentando aprovechar la división existente en el seno del Partido de Refundación Comunista (PRC) para sacar provecho e intentar conseguir la mayoría necesaria para salvar su Gobierno, según fuentes políticas en la cumbre franco-italiana. Prodi, siempre según las mismas fuentes, estaría buscando más el apoyo de los diputados moderados del PRC -que no votaron en contra de los presupuestos-, que el respaldo de las fuerzas de centro en la oposición, informa Reuters.]
Ayer mismo, el presidente del Partido Refundación Comunista (PRC), Armando Cossutta, ofreció a Prodi una ayuda inestimable al dimitir de su cargo -"no comparto la política aventurera del partido", dijo- y anunciar públicamente que votará la ley de Presupuestos, a menos que el Gobierno busque los votos de la Unión Democrática para la República (UDR), el partido recientemente creado por el ex presidente de la República Francesco Cossiga. "Siento sobre mí la presión de miles de militantes, estoy decidido a cualquier cosa para evitar la crisis", dijo Cossutta. Cossutta se encuentra enfrentado al sector mayoritario, encabezado por el secretario general, Fauto Bertinotti, que ganó la votación contra los presupuestos en el comité político por 188 votos contra 112.
Hoy se sabrá si los votos de los llamados diputados cossuttianos del PRC, es decir, de los que comparten las tesis del dimitido presidente, son suficientes para, con el añadido de algún voto perdido, salvar al Gobierno de la caída. El Ejecutivo necesita al menos 31 de los 34 votos que proporcionaban los neocomunistas (necesita 316) para poder seguir adelante. De lo contrario, se abren dos alternativas nada halagüeñas para la coalición del Olivo que gobierna Italia desde abril de 1996. Una es la celebración de elecciones anticipadas, lo que reclama desde hace días la coalición de oposición, el Polo de la Libertad, consciente de las posibilidades que se le presentan de alzarse con el triunfo. Otra sería la formación de un Gobierno técnico dirigido por un hombre como el ministro del Tesoro, Carlo Azeglio Ciampi.
Dentro del Olivo son diversas las preferencias. Mientras Prodi y el número dos, Walter Veltroni, parecen claramente partidarios de la recomposición de la mayoría con los diputados de Cossutta, Franco Marini, líder del Partido Popular Italiano, principal heredero de la extinta Democracia Cristiana, no ve con malos ojos la utilización de los votos del ex presidente Cossiga, que ya fueron utilizados en una ocasión anterior. Los votos de la UDR, aparte de la exigencia previa de Cossiga, que reclama la dimisión de Prodi, huelen demasiado a Primera República, lo que es tanto como decir a tramas secretas y oscuras razones de Estado.
El más preocupado de todos parecía ser ayer Massimo D"Alema, secretario general del Partido de los Demócratas de Izquierda, la principal fuerza del Olivo: "Por el momento no veo una vía fácil de salida, no la veo previsible y, en todo caso, será muy dramática"
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