El FMI bendice la continuidad
La comunidad financiera internacional ha apostado por Fernando Henrique Cardoso, como garantía de estabilidad en tiempos de grandes turbulencias. Pero el apoyo de organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial y Banco Interamericano de Desarrollo (BID) al nuevo Gobierno de Brasil tendrá sus contrapartidas.Según fuentes recogidas en Brasilia y Washington las negociaciones sobre el alcance del plan de ajuste para rebajar el elevado déficit fiscal están prácticamente perfiladas. Una de las medidas que los colaboradores de Cardoso tienen en cartera es una disminución de los recursos transferidos a los Estados y municipios, que se estima podría oscilar entre los 3.000 y 5.000 millones de reales (entre 420.000 millones y 700.000 millones de pesetas). Se trata de fondos destinados vivienda y construcción de carreteras. Además, se plan prevé un aumento de impuestos.
Fuentes del FMI han señalado que la difusión del acuerdo puede demorarse más allá de lo que permiten las acuciantes necesidades de caja brasileñas. Para transmitir una señal de calma a los inversores, una vez Brasil acuerde los detalles en Washington, Cardoso presentará el plan ante el Congreso de su país en el más breve plazo.
Paralelamente, los países más industrializados del Grupo de los Siete (G-7), con Estados Unidos a la cabeza, promoverían una línea de crédito, en una acción similar a la que se llevó a cabo en 1995 con Argentina cuando estaba bajo los efectos de la crisis mexicana. Mientras negociaban un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, los argentinos obtuvieron un préstamo de 5.000 millones de dólares del Citibank para hacer frente a problemas de caja.
