Ideas con un nicho en el mercado
"Ahora estoy encima de la montaña, pero no sé bajar". Eba Zoilo resume así la sensación que le embarga un día después de recibir el primer premio del concurso de Ideas Jóvenes para la Creación de Empresas. La consejera de Cultura, Mari Carmen Garmendia, le entregó el galardón -que conlleva una ayuda económica de 1,1 millones de pesetas- y le deseó suerte para que su proyecto cuaje. Y es que suerte es lo que más va a necesitar. Esta vitoriana de 26 años ha ideado un centro especial de empleo para mujeres minusválidas que fabrique objetos cerámicos de decoración para vender a distribuidores de muebles, ferreterías, etcétera. "El 60% de la plantilla va a ser personal minusválido. Yo siempre he trabajado con discapacitados y he elegido mujeres porque es un sector de la población que está muy desfavorecido. Vamos a hacer un producto novedoso, lejos de la tradicional vasija y las cosas que siempre se ven. Ahora lo más difícil va a ser abrirse un hueco en el mercado", reconoce. El mismo problema se van a encontrar los ganadores del tercer premio del concurso, los también vitorianos Zuriñe Garai y Francisco Torres. Ambos han perfilado un proyecto para fabricar lápidas funerarias de cerámica. Su mercado es aún más rígido que el de Eba Zoilo. "Como siempre se han hecho las lápidas de mármol", analiza Francisco Torres, "hacerlas ahora de cerámica puede cuajar o no". Torres garantiza que las lápidas de cerámica son tan resistentes como las de mármol, aguantan cualquier fenómeno climático y son la mitad de baratas -30.000 pesetas frente a las 60.000 de las de granito y mármol-. Pero, pese a disponer de la fórmula mágica del "bueno, bonito y barato", no tiene nada claro cómo dar con un nicho en el mercado. "Nuestras lápidas", explica, "estéticamente son serias, no son lúgubres. Se pueden personalizar con colores, mientras que el mármol no los admite. Sin embargo, a la gente le cuesta mucho trabajo cambiar las ideas que ya tiene establecidas". La empresa de Torres necesita al menos 12 millones de pesetas al año para funcionar. La de Eba Zoilo, 15 millones. "He analizado la competencia", apunta Zoilo, "y he comprobado que la cerámica es un aspecto olvidado. Mi idea está madura. Ahora sólo necesito ofertar mi producto a los distribuidores y que lo acepten. Pero estoy sola y creo que me van a cerrar muchas puertas por mi inexperiencia. Hay mucho perro viejo en este negocio". Los dos jóvenes emprendedores van a destinar el dinero de los premios a publicitar su negocio. Y es que la máxima de ambos es que "no se puede empezar a fabricar sin tener clientes". Las 24 empresas que han logrado nacer al amparo de este concurso han llegado a crear 250 empleos.
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