El Parlament pide un sistema de financiación similar al concierto económico vasco

VIENE DE LA PÁGINA 1 Ayer, nueve años después de aquella sesión parlamentaria, los socialistas y los diputados de Iniciativa per Catalunya se abstuvieron en la votación sobre la autodeterminación. Los portavoces de ambos grupos, Higini Clotas y Jordi Guillot, respectivamente, aseguraron que no rehuían discutir sobre sus respectivas propuestas de reestructuración del Estado, pero señalaron que consideraban que este asunto era demasiado importante como para ventilarlo en una votación sin debate previo como la de ayer. Guillot fue más allá al expresar que su grupo está a favor del derecho de autodeterminación, pero que se abstendría en la votación porque consideraba que los nacionalistas de CiU estaban manipulando al Parlament con un derroche de "oportunismo y cobardía, colando de rondón" el asunto de la autodeterminación en la última sesión del pleno de política general. El portavoz de IC tildó el acuerdo del Parlament de "brindis al sol", expresión en la que coincidió con el candidato socialista a la presidencia de la Generalitat, Pasqual Maragall, quien usó ese mismo calificativo para desdeñar desde Madrid la resolución alumbrada con los votos de los diputados de CiU, el PI y ERC. Aspavientos de indignación La intervención de Guillot -que además anunció que su grupo no sumaría sus votos a los de CiU en ninguna de las votaciones del pleno porque después de 18 años en el Gobierno catalán los nacionalistas ya no le merecen ninguna credibilidad- provocó aspavientos de indignación en los bancos de CiU. El portavoz nacionalista, Ramon Camp, emplazó sin éxito a Guillot a retirar las acusaciones de cobardía. Entonces anunció a su vez que el grupo nacionalista votaría en contra de todas las propuestas presentadas por IC al pleno. El bloque formado por nacionalistas e independentistas sacó adelante un buen número de resoluciones que recogían -algunas de ellas con fidelidad literal- las demandas de más poder político y económico formuladas por Pujol el pasado martes, en el discurso de apertura del debate parlamentario anual. Entre estas resoluciones destaca una que denuncia "la persistencia de un trato económico injusto para Cataluña" y sostiene que el actual sistema de financiación autonómica, vigente hasta el año 2001, "amenaza el mantenimiento de la competitividad y la sostenibilidad del Estado de bienestar en Cataluña, e incluso la propia autonomía". Esta resolución insta al Gobierno de la Generalitat a situar como prioridad primera la negociación de un nuevo sistema financiero para que a partir del 2001 la Generalitat recaude todos los impuestos, en una fórmula similar a la del concierto económico vasco. El PP votó en contra y el PSC e IC se abstuvieron en este punto. El bloque nacionalista-independentista también se puso en funcionamiento para empujar al Parlament a reclamar, a propuesta de ERC, la desaparición de las provincias y la conversión de Cataluña en provincia única, así como el traspaso de las competencias de las diputaciones provinciales a otras administraciones locales. El pleno votó ayer un total de 230 resoluciones, en algunas de las cuales, de importancia relativa, el PP, habitual aliado de CiU, permitió que los nacionalistas sucumbieran ante el conjunto de la oposición.