Ruper Ordorika asimila diversos lenguajes musicales en su nuevo disco
Acabada la aventura discográfica de Hiru Truku, trío completado por el trikitilari Joseba Tapia y el miembro de Oskorri Vicente Martínez, Ruper Ordorika vuelve a estar de actualidad ya que retoma su carrera en solitario. Dabilen harria (La piedra que rueda) es el título de un nuevo trabajo editado por Nuevos Medios que reúne 11 canciones aliñadas con la intención de "buscar un territorio diferente" para su obra y lograr un sonido menos esclarecedor en lo que a estilos se refiere.
Para conseguirlo, se ha rodeado de tres músicos neoyorquinos (Ben Monder, Skuli Sverrison y Kenny Wollesen) duchos en la improvisación, instruidos en el rhythm & blues, el soul y el rock, y curtidos actuando en pequeños locales y bares. "Para mí ha sido un proceso de grabación muy diferente. Obedece a un plan previo que ha funcionado estupendamente y que consistía en encontrarme con músicos diferentes que tocaran mis canciones sin ideas preconcebidas y aportaran cierta espontaneidad. Luego, como autor, he tratado de autocorregirme lo mínimo, ser lo más espontáneo posible en el proceso creativo. A menudo pienso que tendemos, por lo menos yo, a basarnos en ideas de originalidad más o menos falsa", confiesa el compositor. En lo que al repertorio de Dabilen harri se refiere, Ordorika desgrana una colección de composiciones introspectivas, sosegadas, sentidas e impecables en lo instrumental. De su mezcla se ha encargado su amigo Quimi Portet (El Último de la Fila) y la edición corre por cuenta de Nuevos Medios, discográfica madrileña vinculada a él desde 1994. Fuera de Euskadi encontró entonces mejores condiciones. "Tengo muy claro que mi público natural es el que entiende mis canciones, pero también creo que la música va más allá y precisamente es uno de los mejores vehículos para transmitir cosas escritas en euskera. Hay un hilo generacional que me ata a mi tiempo, que es el del rock, y otro que me ata a mi origen, que es el de mi lengua y un determinado entorno", aclara el cantante. En 20 años de carrera, ha tenido tiempo para acaparar protagonismo en 10 grabaciones, emprender una ya abandonada carrera como productor y embarcarse en diferentes proyectos que incluyen asociaciones con el célebre literato Bernardo Atxaga. Ya baqueteado, a Ordorika no le molesta ser tildado de cantautor: "Siempre se ha ligado [esa palabra] con una persona con más o menos pelo, más o menos barba y con una guitarra española. Entonces, cayó muy en desgracia. Pero, de hecho, creo que es una palabra acertada para alguien que escribe e interpreta sus propias canciones".
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