Los puntos pendientes de negociación

Gerhard Schröder se pronuncia por negociar con Los Verdes "un contrato de coalición que tenga validez sin el menor pero y que no pueda ser modificado de forma arbitraria por un congreso de partido. Este es el presupuesto básico para la continuidad del trabajo de gobierno". Con esta declaración y otras similares, los socialdemócratas tratan de fijar los límites a Los Verdes, pero hay puntos que pueden suscitar controversias en la negociación que empieza este viernes.La reforma fiscal ecológica que exigen Los Verdes choca con la decidida posición del futuro canciller a favor de la industria del automóvil. De forma tajante niega Schröder que vaya a producirse una subida drástica de los impuestos a la gasolina. Según él, "no habrá ninguna subida porque tratamos de descargar a las familias. Sobre el impuesto de combustibles siempre hemos dejado claro que, si conseguimos reducir los costes laborales, estamos a favor de subidas moderadas, pero lo de moderadas hay que subrayarlo dos veces".

Los Verdes, y sobre todo las bases del partido, exigen un abandono de la energía atómica y lo consideran un punto esencial. A la pregunta de cuántos reactores se cerrarán en 1999, dice Schröder: "No puedo responder en casos individuales, porque son reactores que funcionan con autorización. Sólo los pueden desconectar los que estén dispuestos a pagar una indemnización y éste no es mi caso. Hay que crear una opción para poder renunciar a la energía atómica, pero va a tardar mucho más de lo que Los Verdes creen". Schröder se niega a un acto simbólico, como desconectar un reactor, porque "los actos simbólicos no valen para nada en política económica y producen más daño que beneficio".

En política interior Los Verdes pueden provocar un conflicto si exigen una modificación en las leyes aprobadas no hace mucho sobre las escuchas en caso de sospecha de delito. El artífice de esta legislación por parte del SPD es el abogado Otto Schily, fundador de Los Verdes y una de sus figuras en la fase inicial. Schily se fue del partido por no aceptar los principios de rotación en los cargos y la obligación de aceptar los imperativos de las bases. Ahora Schily es uno de los nombres que se baraja como posible ministro de Interior. El enfrentamiento de Schily con sus antiguos compañeros verdes, si se confirma el nombramiento, promete ser épico.