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CRISIS FINANCIERA MUNDIAL

EEUU baja 0,25 puntos su tipo de interés en un intento de aliviar las tensiones en los mercados

La Reserva Federal (banco central) de Estados Unidos reconoció ayer la gravedad de la situación financiera internacional y decidió finalmente reducir en un cuarto de punto el precio del dinero en ese país. El tipo de interés interbancario diario estadounidense ha pasado del 5,50% al 5,25%. Wall Street deseaba una rebaja mayor, pero Alan Greenspan y sus colegas en la dirección de la Reserva Federal optaron ayer por una solución que, en su opinión, combina insuflar aliento con la prudencia. Reconocieron así, que la inflación no es amenaza para la economía de EEUU.

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Tras cinco horas de reunión en su sede de Washington, el Comité de Mercados Abiertos de la Reserva Federal de Estados Unidos redujo un cuarto de punto su principal tipo de interés, el que regula los préstamos a un día que los bancos se conceden entre sí.El federal funds rate pasó del 5,5% al 5,25%. Greenspan y los suyos reconocieron así que la inflación ya no es la principal amenaza para la economía estadounidense. Ahora ha pasado a ser la posibilidad de que las crisis en Asia, Rusia y América Latina frenen dramáticamente el crecimiento económico sano y sostenido que EEUU mantiene desde comienzos de esta década.

Los mercados financieros internacionales, empezando por el de Nueva York, ya habían anticipado en los últimos días el movimiento que ayer realizó la Reserva Federal. La rebaja de un cuarto de punto en el precio del dinero se daba por hecha cuando Greenspan y el sanedrín que preside se encerraron a cal y canto en la sede en Washington del banco central de EEUU.

Cierta decepción

El propio Greenspan había adelantado en sus últimas intervenciones que su obsesión por la inflación era obsoleta y que lo que las economías de EE UU y el mundo necesitan ahora es que se aflojen las riendas del crédito. Así que la noticia de que la rebaja era de un cuarto de punto y nada más fue recibida inicialmente con cierta decepción en Wall Street.Los analistas, los operadores y los inversores habían especulado durante toda la mañana con la idea de que Greenspan y los suyos podrían dar un claro empujón a la economía norteamericana, y de rebote a las de otros países, bajando medio punto el tipo de interés. Eso hubiera insuflado una gran euforia, quizá lo que el prudente Greenspan, el neoyorquino de 72 años de edad que preside la Reserva Federal desde 1987, quiso evitar con una reducción tan moderada.

La noticia, en cualquier caso, es que ayer la Reserva Federal abarató el precio del dinero por primera vez desde enero de 1996. Ello se traducirá en los próximos días en rebajas en los tipos que los bancos estadounidenses aplican a sus clientes para hipotecas y créditos personales, que en la actualidad se sitúan en torno al 8,5%. ¿Será suficiente para estimular el consumo de los particulares y la inversión de las empresas? ¿Devolverá el optimismo a Wall Street? ¿Qué efectos tendrá todo eso en la crisis financiera general? La respuesta que los hechos darán a estas preguntas determinará los próximos movimientos de la Reserva Federal.

La acción de ayer, según el comunicado oficial de la Reserva Federal, "fue adoptada para paliar los efectos en el futuro crecimiento económico de EE UU de la creciente debilidad en economías extranjeras y las peores condiciones financieras domésticas (...) Los recientes cambios en la economía mundial y los ajustes en los mercados financieros estadounidenses", proseguía el comunicado, "significan que un ligero descenso del tipo de los fondos federales es ahora coherente con el objetivo de mantener baja la inflación y continuar con un sustantivo crecimiento económico".

La Reserva Federal no alteró su otro tipo de interés, el de descuento, el que carga sus propios préstamos, que quedó en el 5%. Muchos analistas interpretaban que la rebaja de ayer no es la última palabra del organismo emisor ante los desafíos de los tiempos. Cabe esperar, según esos analistas, nuevos recortes en próximos meses, hasta alcanzar un total de un punto. Pero Greenspan desea mover pieza tras pieza y con su habitual cautela. "Es como recibir una inyección contra la gripe que no funciona del todo; no te quita la gripe, pero te alivia el dolor", declaró Bruce Steinberg, de la firma Merrill Lynch, reflejando la opinión mayoritaria de los analistas.

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