González teme que la "segunda transición vaya camino de Sarajevo"

/ ENVIADO ESPECIAL Felipe González, expresidente del Gobierno, se mostró ayer en contra de quienes, desde el nacionalismo y apoyándose en la tregua de ETA, defienden abrir "una segunda transición" que incluya la reforma de la Constitución y el Estatuto. "Esto de las segunda transición a lo mejor no va camino de Bruselas sino de Tirana o Sarajevo", afirmó en Lisboa. En el mismo foro, Jordi Pujol le replicó tajante: "No se puede y no se debe utilizar el espantajo de Sarajevo porque el nacionalismo vasco, y de ninguna manera el nacionalismo catalán, hagan determinados planteamientos".

Felipe González y Manuel Fraga expresaron ayer en Lisboa su apoyo y esperanza a que la tregua de ETA desemboque en el cese definitivo de la violencia terrorista pero sin que la paz tenga un precio político, como lo sería una modificación de la Constitución que violente sus propias reglas para cambiarla. Fraga, en un congreso sobre La transición democrática en España, organizado por la Fundación BBV y la Fundación Mario Soares, llegó a decir: "A los que tiren las armas hay que recibirles a la acción política con los brazos abiertos".El ex presidente del Gobierno aceptó la posibilidad de que HB se incorpore, como sugiere Xabier Arzalluz, al Pacto de Ajuria Enea, a condición de que renuncie a la violencia como instrumento de presión política, si bien alertó contra "las interpretaciones excluyentes, las haga quien las haga", en una referencia a los nacionalistas en la que la mención a Sarajevo y Tirana provocó una rápida respuesta de Pujol. González añadió que le produce rubor que los nacionalistas vascos hablen en nombre de todos los vascos cuando a quienes representan es a la parte de la población que les ha votado.

González resaltó que la Constitución logró un hito al reconocer la pluralidad de identidades que coexisten en España. "Y si de una cosa hay que tener miedo es de deshacer lo que hemos conseguido", subrayó. "Lo que está pasando", añadió en referencia a Euskadi, "es una gran oportunidad para la paz y un riesgo, acorde con la dimensión de esa oportunidad, si el precio es político, porque entonces, políticamente, se legitimará la violencia pasada, presente y futura".

Fraga alertó contra el peligro de "jugar a conservar unas partes de la Constitución y modificar otras" y, más aún, pretender que los cambios los decida una comunidad sin que a la vez se pronuncien el resto de los españoles.

González destacó que la Constitución supone un pacto no sólo sobre contenidos sino también sobre reglas, incluidas las requeridas para introducir cambios. Y lanzó una advertencia: "Si se violentan los procedimientos para cambiarlas , yo no estoy dispuesto a hablar de ningún tipo de cambio", en alusión a los contenidos. Tras mostrarse remiso a comentar la propuesta del presidente del PNV sobre la posible incorporación de HB al Pacto de Ajuria Enea señaló que él la acepta si HB condena la violencia y renuncia a su uso para condicionar políticamente a los demás. El coloquio fue inaugurado por el presidente portugués, Jorge Sampaio, e hicieron de anfitriones José Ángel Sánchez Asiaín y Mario Soares. Intervinieron también Santiago Carrillo, Miguel Herrero de Miñón, Nicolás Redondo, Raúl Morodo, José María Martín Patino y Gregorio Monreal.