Irán y el Reino Unido establecen lazos diplomáticos
El anuncio oficial por parte de Irán de que no respalda la persecución del escritor Salman Rushdie ni la recompensa de 2,5 millones de dólares (375 millones de pesetas, al cambio actual) por su asesinato abrió ayer el camino al restablecimiento de relaciones diplomáticas al máximo nivel con el Reino Unido. El ministro británico de Asuntos Exteriores, Robin Cook, dijo a la salida de una reunión en Nueva York con su homólogo iraní que "se trata de un nuevo capítulo en nuestras relaciones y también con la Unión Europea". El autor de Los versículos satánicos, de 51 años, ha declarado desde su refugio sentirse "cautelosamente optimista".El encuentro bilateral de los jefes de las diplomacias de Londres y Teherán se produjo en el marco de la semana inaugural de la 53ª Asamblea General de Naciones Unidas, que ha estado dominada por el acercamiento entre Irán y las potencias occidentales, con discursos en ese sentido por parte del presidente norteamericano, Bill Clinton, y del jefe del Estado de la República Islámica, Mohamed Jatamí.
El Gobierno iraní "se desliga de cualquier recompensa que se haya ofrecido y no la apoya", declaró ayer a la prensa el ministro de Exteriores Kamal Jarazi. Robin Cook confirmó que, a consecuencia de este anuncio, "se ha acordado restablecer el nivel de nuestras relaciones diplomáticas al máximo nivel de embajador".
Las palabras de Jarazi no equivalen a un levantamiento de la sentencia de muerte ordenada por el ayatolá Jomeini el 14 de febrero de 1989 sobre Rushdie, por las presuntas blasfemias escritas por el escritor británico nacido en Bombay en Los versos satánicos. Pero todos los comentaristas estaban de acuerdo en que, para ser palabras de un diplomático, resultaban bastante explícitas.
Edicto irrevocable
La razón de que con esto no se pueda garantizar todavía la absoluta seguridad del escritor es que nadie en Irán tiene capacidad de anular el edicto o fatua dictado por el imam justo antes de morir hace casi una década, orden que fue acompañada por una recompensa que en su última oferta llegó a ser de 2,5 millones de dólares por parte de una fundación paraestatal iraní.Debido a que este mandato religioso de matar a Rushdie por los contenidos de su libro es considerado irrevocable por los integristas -pues sólo quien lo impone puede levantarlo-, la recompensa sigue en pie y en principio podría ser reclamada por cualquier espontáneo. Pero ahora, Londres entiende que si tal ocurre, no será por una política de Estado del actual Gobierno, y por tanto da por buena la declaración de intenciones de ayer, lo que culmina el acercamiento a Occidente del actual Gobierno moderado de Irán.
El propio presidente iraní, Mohamed Jatamí, adelantó en una rueda de prensa esta misma semana tras su discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas que la polémica sobre Rushdie debería considerarse "completamente terminada".
El Gobierno de Jatamí ha demostrado anteriormente su intención de aliviar el cerco sobre Rushdie, que vive oculto en Londres bajo estrecha vigilancia policial y realiza muy contadas comparecencias públicas desde que se dictó la fatua.
Sin embargo el autor dijo encontrarse "cautelosamente optimista" por las recientes noticias, según la BBC.
El Comité Internacional de Defensa de Rushdie y sus diversos capítulos, incluyendo el Pen Club de Estados Unidos, esperaban ayer poder evaluar a fondo los avances diplomáticos de última hora para pronunciarse al respecto.
La sentencia de muerte contra el escritor ha sido el principal obstáculo para la plena normalización de relaciones entre Irán y la Unión Europea, que ha hecho numerosas gestiones para intentar levantar la amenaza que pesa sobre el escritor. Con Estados Unidos, país con el que también se está produciendo un deshielo, las malas relaciones se romontan a diez años antes, cuando triunfó la Revolución Islámica que acabó en 1979 con el sha, el gran aliado de Washington en esa zona clave para el control de Oriente Próximo y el sur de la entonces Unión Soviética.
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