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Sólo dos municipios catalanes han distribuido a los alumnos inmigrantes entre todas las escuelas

La polémica generada sobre la concentración de escolares hijos de inmigrantes extranjeros -que suponen la gran mayoría de los llamados alumnos con necesidades educativas especiales- en determinadas escuelas no ha hecho cambiar la realidad. Sólo dos poblaciones de Cataluña, Vic y Manlleu, han intervenido para lograr un reparto y evitar, en estricta aplicación de la normativa vigente, que se formen guetos escolares. Según fuentes de estos municipios, el Departamento de Enseñanza "sólo intervino debido a la presión de los profesores y de los Ayuntamientos".

En opinión de algunos de quienes participaron en el proyecto -que en el caso de Vic supuso la fusión de cuatro escuelas en dos-, el reparto de los alumnos inmigrantes era la única solución. "Y además funciona", afirman. Rosa María Lozano y Montse Ayats, responsables de estudios de dos de las escuelas fusionadas, la Guillem de Mont-rodon y la Sant Miquel, aseguran que el proyecto "va de maravilla porque el Ayuntamiento está concediendo lo que prometió a los padres, que inicialmente eran algo reticentes al proceso de fusión". Ambas escuelas reflejan perfectamente la situación que se vivía en Vic hace dos años y que se arrastraba, al menos, desde 1994. Sant Miquel tenía un 60% de alumnos inmigrantes y Guillem de Mont-rodon sólo unos pocos. Ello había provocado que la primera tuviera pocos alumnos por clase y la segunda grupos muy numerosos. Un fenómeno que se atribuía a la actitud de los padres autóctonos, que sacaban a sus hijos de las escuelas donde se concentraban los inmigrantes. Ahora, la situación es muy distinta, apuntan las dos maestras. "Gracias la fusión han mejorado las instalaciones, se ha reformado el comedor y se ha construido una cocina nueva. Y en el plano educativo, tenemos aulas con 18 alumnos, lo que nos permite mejorar la calidad de la enseñanza". Además, relata Lozano, "el Departamento de Enseñanza ha enviado profesores de refuerzo a las dos escuelas fusionadas". Ayats también se muestra satisfecha con la experiencia: "Se ha evitado la creación de guetos y ahora todo el mundo coincide en que se ha hecho lo correcto". Pese al eco mediático de la experiencia de Vic, la primera población que empezó a distribuir a los inmigrantes entre todas las escuelas fue Manlleu. La concejal de Enseñanza de este municipio, Dolors Arumí, explica que hace ya cuatro años que se está llevando a cabo el reparto; una medida que nació a causa de la presión de personas procedentes del mundo de la docencia. Uno de sus protagonistas -que prefiere mantenerse en el anonimato- relata lo sucedido: "Había una escuela pública que recibía todos los inmigrantes, por lo que presionamos para que el reparto fuera equitativo. Si Enseñanza intervino al final fue por nuestra insistencia, y en el caso de Vic ha sucedido algo parecido". El reparto de los alumnos inmigrantes, tanto en Vic como en Manlleu, forma parte de un proyecto más amplio, que incluye la intervención municipal en las cuestiones de vivienda y en las relaciones laborales, con el objetivo de facilitar la integración de los inmigrantes en la sociedad de la comarca. "Nuestro Ayuntamiento", dice la concejal de Enseñanza de Manlleu, "ha puesto en marcha un plan integral bautizado con el nombre de Icaria, de atención a los inmigrantes. Dentro de este plan, que está financiado por la Diputación de Barcelona, contamos con el proyecto de Aula Ciudad Educativa, para el que no hemos recibido ninguna subvención del Departamento de Enseñanza, pese a que se nos comunicó que le parecía muy interesante".

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