Aguirre pide a los filósofos que reflexionen sobre el terrorismo
Esperanza Aguirre, ministra de Educación y Cultura, pidió ayer a los asistentes al I Congreso Iberoamericano de Filosofía que aborden los problemas actuales y citó especialmente "la violencia terrorista". Aguirre asistió al acto de homenaje a los pensadores que pertenecían al comité de la Enciclopedia Iberoamericana de Filosofía, embrión del encuentro, y que han fallecido en el periodo de preparación de las jornadas.La ministra de Cultura leyó un discurso en el que aseguraba que "la misión del filósofo es la de estar alerta contra el engaño, contra la sinrazón, contra la irracionalidad que muchas veces pretende adueñarse de los fundamentos en que se sustenta la vida común". Tras afirmar que la tarea del filósofo es hoy imprescindible y que los estudiantes deben formarse en la filosofía, anunció una mayor presencia de esta materia en el bachillerato. La mayoría de los españoles asistentes se tomó la frase como un cumplido, pero le concedieron escasa credibilidad.
La sesión empezó con cierto retraso ya que algunos de los vehículos que transportaban a los congresistas (la reunión empezó el lunes en Cáceres) se toparon con atascos de tráfico. Las sesiones proseguirán hoy, aunque sin la presencia del argentino Mario Bunge, que debía pronunciar una conferencia, que ha enviado escrita, pero que ha excusado su presencia por enfermedad de un familiar.
La utopía
El encuentro entre pensadores de uno y otro lado del Atlántico mostró algunas de las diferencias reales en la última sesión del martes, que se celebró bajo el lema El fin de la utopía. Intervinieron el pensador español exiliado en México Adolfo Sánchez Vázquez, que se refirió a la utopía marxista; el teólogo peruano Gustavo Gutiérrez, que habló de diversas concepciones del término, y el español Fernando Savater. Su intervención, crítica con las propuestas sociales de los utopistas, a las que tildó de "reglamentistas", irritó a no pocos de los asistentes, en especial a los que procedían de los países americanos.Quienes tomaron la palabra, dejaron claro, algunos de forma casi airada, que en la América latina la utopía es un factor de esperanza y que no se aceptan las críticas. Todos ellos usaban una noción de utopía absolutamente positiva y reprochaban a Savater su "negativismo".
En el fondo, la discusión traducía la diferencia de situación. Como afirmó más tarde uno de los asistentes, en algunos países la esperanza para el oprimido es un elemento esencial de la supervivencia. Savater, por su parte, pretendía alertar sobre los intentos de imponer a los demás los propios anhelos, no sea, dijo, "que los sueños de unos pocos se conviertan en la pesadilla de todos los demás". Tras advertir que el utopista pretende terminar con la historia, citó a Aldous Huxley: "Lo malo de las utopías es que se pueden cumplir".
Babelia
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