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ELECCIONES EN ALEMANIA

La seguridad social es un corsé, dice el "ministro de Economía" de Schröder

El candidato a canciller federal de la socialdemocracia (SPD), Gerhard Schröder, de 54 años, ha podido saborear ayer ya un aperitivo de lo que le espera, si se cumplen este domingo los pronósticos demoscópicos y gana las elecciones alemanas: su posible ministro de Economía, Jost Stollmann, un empresario de gran éxito de 43 años, y la poderosa Federación Alemana de Sindicatos (DGB) andan a la greña por los recortes al sistema de previsión social.

Todavía no ha ganado las elecciones, que se celebrarán el próximo domingo, e incluso se pronostica un codo a codo con el actual canciller democristiano, Helmut Kohl (CDU), de 68 años, pero Schröder insiste en que Stollmann será su ministro de Economía. Así lo confirmó en la televisión pública ARD, en una entrevista la noche del lunes.Jost Stollmann, un empresario de éxito en el rubro de ordenadores, que empezó con nada en 1984 y llegó a facturar 1.730 millones de marcos (casi 150.000 millones de pesetas) el pasado ejercicio, ha sido la estrella escogida por Gerhard Schröder como ministro de Economía para su futuro gabinete y para a la vez sacudir las estructuras del partido socialdemócrata.

No tiene pelos en la lengua, Stollmann, quien desde el primer día no reparó en soltar frases como que no conoce el programa del SPD, porque no entra en sus cálculos ingresar en el partido. Estas manifestaciones irritaron a más de uno en el SPD, partido que se distingue por sus estructuras rígidas y donde se premia el llamado olor a establo y subir a paso de carreta de bueyes.

Despejar la mente

Tras la presentación como futuro ministro de Economía, Jost Stollmann se marchó de vacaciones, para despejar la mente ante sus futuras tareas en el Gobierno alemán, mientras los militantes de base del partido socialdemócrata se batían y desgastaban en la campaña electoral.La reaparición de Stollmann no pudo ser más espectacular con un par de formulaciones evidentes, pero que tocan tabúes de la militancia socialdemócrata y sindical. Según Stollmann, el factor trabajo se encuentra en periodo de consunción y el contrato entre las generaciones, que asegura los pagos de las jubilaciones, no funciona. Para mayor inri, añadió Stollmann: "Nuestro sistema de seguridad social es un corsé para el asalariado medio y es un cuento que el Estado pueda ocuparse de asegurar la previsión del nivel de vida".

Siguió una advertencia de que se debe buscar la previsión individual y reducir el gasto estatal en la seguridad social. Para completar la faena, el potencial ministro de Economía dijo que Alemania necesita "una nueva política y no las ilusiones socialdemócratas".

La soga del ahorcado

Las declaraciones de Stollmann equivalen a nombrar la soga en casa del ahorcado. La vicepresidenta de la Federación Alemana de Sindicatos, Ursula Engelen-Kefer, reconoció que el sistema de seguridad social "necesita ser reformado, pero no destruido" y "no se debe destruir de forma innecesaria"."Lo que fue importante para los años de la reconstrucción es importante hoy. Sin la seguridad social, no sé cómo habríamos podido conseguir la reconstrucción del Este. Si no se hubiera protegido a la gente y se les hubiera echado a la calle sin una base exustencial, no sé si esa revolución habría sido sin sangre", declaró esta portavoz sindical.

Schröder ha salido en defensa de Stollmann con el argumento de que se trata de una persona sin experiencia en el manejo del lenguaje de la política. El secretario general del partido de los liberales (FDP), Guido Westerwelle, ha declarado que "Stollmann encaja en el partido socialdemócrata tan bien como un pingüino en el Sáhara".

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