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"EEUU no está sumido en una orgía de autodestrucción"

El 42º presidente de EEUU habló en esta entrevista, el martes pasado, como un hombre decidido a mantenerse en su puesto como líder del mundo libre hasta el 20 de enero del año 2001. En ella analizó, con motivo de la fiesta judía del Yom Kippur, que representa la expiación y el arrepentimiento, su situación moral.Pregunta. ¿Cuál es su reacción ante una fecha como el Yom Kippur?

Respuesta. Dada la situación pública tan poco habitual en que me encuentro actualmente, todas las oraciones de la liturgia del Yom Kippur que me envían los clérigos me resultan provechosas. Estas oraciones confirman la verdad básica de que la condición humana es una condición de fragilidad y de propensión al pecado. Pero lo más importante no es que pueda decir "doy gracias a Dios porque no soy el único pecador en este mundo", sino que puedo creer en la realidad de la expiación y en el perdón. Algunos me dicen lo mucho que lo sienten por mí ahora que mi vida privada se ha hecho pública en todo el mundo. Pero el que se haya hecho pública no me importa realmente tanto como el pecado en sí, porque la experiencia me ha impuesto la oportunidad de buscar consejo y asesoría espiritual para que pueda reflexionar mejor sobre lo que he hecho y centrarme en cómo puedo repararlo y obtener el perdón con el fin de seguir adelante y reconstruir mi vida, tanto con mi familia como con la nación.

P. ¿Qué precio ha tenido que pagar? En su opinión, ¿qué esta haciendo para redimirse?

R. Estoy pagando el precio, eso es evidente. El que haya sido aireado en público ha tenido un efecto abrumador. Tiene sus consecuencias. Tendré que pagar algún precio todos los días. Si una persona tiene conciencia -y yo la tengo- el sufrimiento es el precio que hay que pagar. Y el precio que se exige uno mismo es el mayor de todos.

P. ¿Cómo se propone cambiar y enmendarse?

R. Me esfuerzo en ello todos los días. Es un proceso de curación diario. Es más que no cometer los errores que he cometido. Es construir un matrimonio positivo y construir todo un edificio de relaciones basadas en verdades fundamentales. Ésa es la verdadera cuestión... Es la única forma en que puedo recuperar la confianza del pueblo norteamericano, la confianza de mi familia y de las personas próximas a mí.

P. ¿Qué hará para ser un presidente y líder del mundo libre mejor?

R. Ahora estoy pasando por una experiencia personal cauterizante y empiezo a aceptar verdades. Espero que me hará más fuerte y más sincero. Si la gente puede ver eso en mí, creo que mi capacidad para ser un presidente productivo y hacer cosas buenas por el pueblo norteamericano y por la gente del mundo se verá reforzada.

P. ¿En qué cree que acabará esta difícil situación personal?

R. En primer lugar, creo que será buena para mi matrimonio y para mis relaciones con los demás. Puedo hacerlo mejor y espero convencer a la gente de que puedo hacerlo bien. Espero que el pueblo norteamericano se sienta ahora más inclinado a apoyarme porque todas las personas honestas y conscientes de sí mismas se han visto abatidas por algo en la vida. Así que creo que se tendrá verdaderamente la sensación de que puedo empezar otra vez con un nuevo impulso de energía. Nos enfrentamos a numerosos retos serios en los días que se avecinan. Ahora me siento más libre de lo que me he sentido durante mucho tiempo.

P. ¿Cómo puede explicar el impacto que su falta ha tenido en la gente en el extranjero?

R. No quiero que la gente en el extranjero crea que Estados Unidos está sumido en una especie de orgía de autodestrucción. Temo que piensen que estamos siendo irresponsables al desviar nuestra atención de los retos comunes que compartimos con otros pueblos y con otros países. Necesitan confiar en el pueblo norteamericano y confiar en que todos hagamos lo que debemos y continuemos cumpliendo nuestras responsabilidades en el mundo. Quiero que entiendan que nuestro gobierno está funcionando bien y que yo estoy haciendo mi trabajo. Es importante que los líderes extranjeros entiendan que estoy haciendo mi trabajo y que seremos unos aliados buenos y fiables. Por ejemplo, estoy deseando que llegue la sesión inaugural de la ONU . Estados Unidos hará lo que Estados Unidos tenga que hacer, y yo estoy haciendo lo que tengo que hacer, y los líderes extranjeros no tienen por qué preocuparse.

P. ¿Cómo recuperará la confianza de los líderes extranjeros?

R. Recuerde que la mayoría de ellos pertenece a culturas diferentes. Los que me han telefoneado para darme ánimos creen que no he hecho nada, en mi vida pública, que les haga perder su confianza, y que mi vida privada, tanto si es buena como mala o agitada o feliz, no es asunto suyo. Así que pienso que los líderes extranjeros tienden a ver este episodio de una forma completamente distinta. No hay ninguna razón, basándose en mi vida pública y mi forma de responder a la confianza de la gente, para que ni ellos ni ningún norteamericano lo dude. Me estoy esforzando mucho en el proceso de curación con mi familia al mismo tiempo que intento encargarme de los asuntos de la gente.

P. ¿Cómo describiría su estado de ánimo actual?

R. Creo que es sano y saludable. Básicamente, soy una persona muy positiva y optimista. Creo que puedo hacer todo lo que tengo que hacer en mi proceso de curación, y que el pueblo norteamericano hará lo que tiene que hacer. Creo que podemos hacer juntos cosas aún más grandes bajo mi liderazgo.

P. ¿Cómo se evaluaría a sí mismo, como persona y como presidente de Estados Unidos?

R. Al estar pasando por una experiencia tan desgarradora como ésta, tengo un mayor sentido de la responsabilidad y del deber para aprovechar al máximo el resto de mi vida. No quiero volver a decepcionarme a mí mismo, ni a mi mujer, ni a las demás personas a las que quiero. Cada día es un regalo por poder hacer el trabajo que tengo que hacer y estoy decidido a utilizar sabiamente cada momento del día para tener el control pleno de todo y aprovechar el regalo, para poder dar a los demás todo lo que puedo dar.

P. ¿Qué me dice de su conducta futura? ¿Qué ha aprendido de esta experiencia que le pueda servir?

R. El camino positivo es intentar hacer un inventario diario, organizar el día de principio a fin y no dejar que se ponga el sol con ira, como dicen las Escrituras. Así que, yo diría que empezar cada día consciente de cuáles son mis responsabilidades. El Año Nuevo judío es un símbolo de lo que deberíamos hacer cada día. Cada día hay que empezar de nuevo. A todos nos ocurren muchas cosas personales y profesionales que nos pueden hacer perder el paso. La idea es organizar tu vida de manera que puedas recuperar el rumbo.

P. ¿Cómo se las arregla actualmente? ¿Cómo consigue evitar sumirse en el remordimiento tras lo ocurrido?

R. En lugar de hundirme en el remordimiento, estoy esforzándome en arreglar mi vida, mi matrimonio, mi vida familiar y las relaciones con mis amigos. Mi esposa es una mujer extraordinaria y su fuerza y su apoyo me sirven de inspiración durante estos dolorosos momentos. No me hundo en el remordimiento. Creo que eso es huir de las responsabilidades.

P. ¿Qué espera conseguir durante el tiempo que le queda en la Casa Blanca?

R. Bueno, hace dos años, cuando usted me entrevistó con ocasión de mi 50º cumpleaños, le dije que aunque llegara a los 100 años de edad, tendría más ayeres que mañanas. Hoy pienso que esto hace que cada uno de mis mañanas sea más valioso y ahora soy mucho más consciente de ello. Usted sabe que nunca entendí cómo es posible que un presidente en su segundo mandato se relaje porque ya ha hecho la mayor parte de su trabajo. Yo no lo creo así. Pienso que es posible que aún estén por llegar los mayores logros de los norteamericanos y del mundo. En los dos años y cuatro meses que me quedan como presidente, espero hacerlo aún mejor. Así es como veo la situación. No estoy contando el tiempo. Me siento muy fuerte cuando pienso en dónde estamos ahora y hacia dónde vamos.

© Universal Press Syndicate

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