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CRISIS FINANCIERA INTERNACIONAL

España se suma a otros países de la UE y reduce la previsión de crecimiento para el año 1999

El consumo privado tendrá en 1999 menos fuerza de lo previsto por el Gobierno como consecuencia de la pérdida de riqueza derivada de la caída de la Bolsa. Este hecho, junto a un sector exterior más contractivo, ha llevado finalmente al Ministerio de Economía a rebajar una décima su previsión de crecimiento para 1999, hasta el 3,8%, en línea con lo anunciado o adelantado por los principales países de la UE. Así lo explicó ayer el vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, tras insistir en que la crisis obligará a acelerar las reformas estructurales y a ajustar precios y costes.

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Después de algunos días de confusión en las declaraciones, el Gobierno ha terminado por admitir lo evidente: la crisis financiera internacional tendrá un impacto negativo en el crecimiento de la economía española. Primero se explicó que el cuadro macroeconómico aprobado antes del verano no variaba, después que lo que no iba a cambiar era la política económica y, más tarde, que el impacto en el crecimiento será "leve".Ayer, finalmente, el vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, situó en el 3,8% la previsión de crecimiento económico para 1999 (frente al 3,9% inicialmente previsto). La nueva estimación es, para el diputado socialista y ex ministro de Economía Pedro Solbes "demasiado optimista". Un crecimiento más bajo significará que la riqueza generada se mermará en unos 80.000 millones de pesetas.

España se suma así a la actitud de otros Gobierno europeos -Francia, Alemania e Italia- que han revisado sus previsiones económicas o han anunciado que lo harán. Ayer se dio a conocer que Italia ha crecido un 1,1% en el segundo trimestre del año, cuando lo previsto era un 2,5%. En el Reino Unido, el Instituto de Economía e Investigación Empresarial vaticina un crecimiento del 0,4% en 1999 frente al 1,8% previsto. También el comisario de Asuntos Monetarios, Yves Thilbaut de Silguy, auguró un crecimiento más bajo para la UE que el anunciado, en lugar del 3% el 2,8%, informa Walter Oppenheimer.

Rato destacó que "la economía española está respondiendo a la crisis mejor que otros países que pertenecen a la UE, pero que no están en el euro", en referencia, por ejemplo, al Reino Unido. El euro, añadió, "no es un escudo frente a la crisis, sino un factor de estabilidad". Esto explica que la crisis esté afectando de una forma a los países del euro y a Estados Unidos, y de otra al resto de la OCDE y es "el fruto del esfuerzo realizado en los últimos años".

Bajará el consumo

Ayer se admitió, también por primera vez, que el consumo privado se verá igualmente afectado por la crisis. El secretario de Estado de Economía, Cristóbal Montoro, señaló que "habrá un retoque a la baja de la previsión de crecimiento del consumo para 1999 [inicialmente el 3,9%] por la pérdida de riqueza" producida por la caída de las Bolsas. También habrá un sector exterior más contractivo por el descenso del comercio internacional.El impacto del menor crecimiento español en 1999 sobre el empleo y sobre los ingresos públicos se conocerá el próximo viernes, fecha en que el Gobierno aprobará los Presupuestos del Estado para el año próximo. Ello podría inducir a pensar que el déficit público será superior a lo previsto (el 1,8% del PIB en el Programa de Convergencia y el 1,7% en la última estimación), pero Economía está decidido a lo contrario.

El secretario de Estado de Presupuestos, José Folgado, aseguró que ese objetivo de déficit se revisará a la baja, en principio en una décima. El Gobierno quiere mostrar que "la reducción del déficit es el objetivo prioritario", afirmó. El mensaje es que, ante la crisis, el Estado también se aprieta el cinturón.

Los Presupuestos de 1999 deben avanzar, según el vicepresidente, "en el saneamiento del sector público". En concreto, se refirió a que la reducción del déficit de la Seguridad Social (el 0,1% del PIB en 1999) "garantiza el esfuerzo de cohesión social para los próximos años, aleja cualquier duda sobre el futuro de las pensiones y da una base real para la renovación del Pacto de Toledo". Destacó el acuerdo para la financiación de la sanidad y añadió que está prácticamente ultimado un pacto con los Gobiernos de las comunidades autónomas para que contribuyan a la reducción del déficit.

Ese esfuerzo de saneamiento parece dejar fuera partidas tan importantes como la de RTVE, cuyos gastos crecerán el año que viene el triple que los ingresos. Rato sólo comentó al respecto que es el Parlamento quien debe decidir el futuro de la televisión pública.

Además del sector público, la crisis obliga, según Rato, a "acelerar las reformas estructurales y aumentar la competitividad de la economía mediante la reducción de precios y costes". Rato mencionó algunas de las reformas en marcha -IRPF, Enjuiciamiento Civil, Procedimientos Concursales, Mercado de Valores, Defensa de la Competencia- y explicó que no se revisará a la baja el objetivo de inflación para 1999 (1,8%).

Rato planteó, a una pregunta sobre si las demandas de una mayor autonomía financiera por parte sobre todo de la Generalitat de Catalunya son pertinentes, que esas reivindicaciones de futuro "pueden estar justificadas por la incapacidad de utilizar los instrumentos presentes". En un clima electoral, añadió, "buscan que se les juzgue más por lo que piden que por lo que hacen".

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