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Reportaje:

La 'M-Quarentum'

Cultura recupera la calzada romana que unía las grandes urbes del centro para convertirla en una ruta turística

Vicente González Olaya

Las legiones romanas no volverán, pero sí la vía empedrada que utilizaron para atravesar durante siglos España. La Dirección General de Patrimonio comenzó, el lunes pasado, a desenterrar la llamada vía XXIV del emperador Antonino, una calzada que conectaba las principales ciudades del interior y que unía, por ejemplo, Segovia con Alcalá de Henares.Los arqueólogos creen que entre Galapagar y el puerto de la Fuenfría (Cercedilla) se esconden unos 37 kilómetros de empedrado en buen estado. Patrimonio quiere recuperarlos y hacerlos visitables. De tal manera que un excursionista pueda marchar entre Galapagar y Segovia sin dejar nunca los viejos caminos de Roma.

Los trabajos, que se han iniciado en las cumbres de Cercedilla, han dejado al descubierto los primeros 300 metros de una impresionante vía, de unos diez metros de anchura, flanqueada por dos arcenes para recoger las escorrentías y sendos muros de contención de tierras.

La Comunidad, que firmó el año pasado un convenio de recuperación de la calzada con Castilla y León, ha comenzado el desenterramiento de la vía en el límite exacto con la provincia de Segovia. "Si los segovianos ven que nosotros ya hemos comenzado, ellos no tardarán mucho en hacer lo mismo", afirman desde Patrimonio.

La idea de devolver su aspecto original a la vía XXIV surgió durante la ejecución de unas obras municipales en Galapagar en 1995. En ese momento, el consistorio pretendía urbanizar las afueras de la localidad. Pero, ante la posibilidad de que, bajo la parcela elegida, pudiese aparecer la calzada romana, Patrimonio obligó a realizar trabajos de prospección arqueológica. El descubrimiento fue evidente: la XXIV vía romana se encontraba bajo sus pies.

Además de la calzada, se podrán visitar algunas de las edificaciones históricas que flanqueaban el camino o pasar junto a vestigios visigodos o árabes. Por ejemplo, aún son visibles los restos de los puentes, cloacas o posadas que Roma levantó junto a la vía para hacer más fácil el camino de los viajeros. Se cree que sus principales usuarios eran soldados, agricultores y recaudadores de impuestos. El presupuesto para restaurar la vía procede del Inem, Comunidad y ayuntamientos atravesados por la pista. Cercedilla ha sido la primera localidad que se ha prestado a apoyar la iniciativa, dada la importancia que el turismo de montaña supone para sus arcas.

Los operarios que sacan a la luz la calzada tienen previsto permanecer unos dos meses en las cumbres de Cercedilla. Con la llegada del frío y las primeras nieves se trasladarán a zonas más bajas, donde también se conservan buenos tramos, aunque a veces es difícil delimitar cuáles fueron construidos por Roma. A lo largo de los siglos, prerromanos, árabes y cristianos modificaron su trazado o levantaron vías paralelas. Ahora, los de Roma destacarán.

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Sobre la firma

Vicente González Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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