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Gore: Clinton "no dimitirá, ni debe hacerlo"

En vísperas de la difusión del vídeo con el testimonio de Bill Clinton ante el gran jurado, el vicepresidente Al Gore rompió el silencio que ha mantenido sobre el escándalo para decir que el presidente "no dimitirá, ni debe hacerlo". Gore se encontraba el viernes en New Hampshire en una visita que algunos medios han definido como "presidencial". En estas jornadas de intensa presión política, el presidente puede hallar un relativo respiro en las encuestas: el 67% de los norteamericanos está en contra de que el vídeo se haga público, según la cadena CNN, y su popularidad ronda el 63%.

En una serie de entrevistas a periódicos y emisoras de radio del Estado de New Hampshire, el vicepresidente Al Gore ha manifestado que Clinton no sólo terminará su mandato, sino que lo hará "con un historial distinguido que pasará a la historia como el trabajo de un virtuoso", responsable de "un renacimiento norteamericano". Pero esos ditirambos no obstan para que un 10% de los miembros de la Cámara de Representantes de EEUU (de mayoría republicana) haya pedido la dimisión del presidente. Lo mismo que han hecho más de cien periódicos, algunos de gran influencia como el USA Today o el Philadelphia Inquirer.Los norteamericanos siguen creyendo que Clinton es apto como presidente, pero las encuestas no son tan benévolas cuando juzgan su comportamiento personal, si bien los estadounidenses no desean ver con todo detalle las últimas hazañas de ese comportamiento en el vídeo que mañana van a emitir todas las televisiones.

Clinton y sus abogados sabían que la cinta de vídeo iba a ser un grave riesgo desde el primer momento, pero lo asumieron para evitar la comparecencia personal ante el gran jurado de Kenneth Starr. Cuando a Clinton le llegó el turno de declarar, el pasado 17 de octubre, la opción era o bien comparecer ante el circo mediático por el que han pasado todos los personajes secundarios de esta trama de camino al tribunal, o bien prestar el testimonio ante una cámara de vídeo desde la Casa Blanca.

Los abogados de Clinton le advirtieron que inmortalizar el momento en un vídeo era peligroso. "Todo el mundo sabía desde el principio que el vídeo era una mala cosa", declaró un asesor del presidente a The New York Times.

En el entorno del presidente existe un gran disgusto por el comportamiento evasivo e irascible de Clinton en la cinta, cuatro horas que pueden suponer el mayor desastre de relaciones públicas de su presidencia. Por ejemplo, en el vídeo Clinton discute con uno de los fiscales de Starr el juramento de tener que decir "la verdad, toda la verdad, y nada más que la verdad", un momento que refuerza la tesis de perjurio que sostiene Starr.

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