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La Academia dice que no puede "hurtar el uso de las palabras"

El secretario de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha, rechazó ayer las acusaciones de "androcentrismo" y machismo contenidas en el libro de la comisión NOMBRA, y las atribuyó a la moderna tendencia hacia lo "políticamente correcto" y "al desconocimiento que existe sobre la función que debe cumplir" la Academia. Esta institución, añadió, "no puede hurtar el uso que la sociedad hace de las palabras, sino que debe brindar las claves para entender todos los textos que se han escrito desde el año 1500"."Las cartas de grupos sociales se reciben de continuo. Por ejemplo, es muy frecuente que los judíos se quejen para que se quiten del diccionario palabras como judiada. Esas peticiones ignoran un hecho fundamental, que es la naturaleza del diccionario", afirmó García de la Concha.

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Expulsadas del diccionario

Una de las quejas de las autoras del informe, además de la concepción masculina que inspira todo el diccionario, es que no siempre se advierte de que un determinado término ha caído en desuso o tiene una connotación peyorativa, ofensiva o discriminadora. Las lingüístas que han analizado el diccionario advierten también una clara tendencia a incrementar la presencia femenina cuando se trata de palabras con resonancias negativas.

Al margen del diccionario, Eulàlia Lledó cuenta una anécdota para ilustrar esta peculiar asociación. En la transmisión de la boda de Ricardo Bofill con Chabeli Iglesias a través de una cadena autonómica, el locutor se refirió en un momento dado a "los invitados", sin separar los sexos, pero acto seguido describió los alrededores del templo diciendo que se habían concentrado numerosos "curiosos y curiosas". "No se trata de gramática; es una forma de ver la realidad", concluye Lledó.

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